La Ribeira Sacra que no se conoce

AL SOL

Las rutas a la carta en la lancha capitaneada por Luisa parten de Belesar pueblo
Las rutas a la carta en la lancha capitaneada por Luisa parten de Belesar pueblo ROI FERNÁNDEZ

Surcamos el Miño en uno de sus tramos más cautivadores y por descubrir

29 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Este es un viaje a la Galicia profunda. A la interior, y a la menos publicitada. Mientras los cañones del Sil acaparan buena parte del protagonismo de la Ribeira Sacra, su hermano mayor, el Miño, queda a veces en un segundo plano. Con la intención de recuperar los tramos sumergidos en el olvido al que conduce la despoblación, algunas iniciativas están revitalizando este espacio de la mano del turismo sostenible. Una de ellas es la de Luisa Rubines. Hace diez años puso en marcha Quinta Sacra. Con su lancha nos adentramos en la Ribeira Sacra más auténtica.

Punto de partida

El embarcadero de Belesar pueblo (Chantada), en el embalse de Os Peares, es el punto de encuentro. A partir de aquí comienza un viaje personalizado que puede durar de dos a cuatro horas y media. La capacidad máxima es de hasta 14 pasajeros. «Coa lancha podo chegar a recunchos ós que normalmente a xente non accede. Gozas de sitios que apenas están contaminados pola pegada humana», destaca Luisa Rubines. Promueve un turismo fluvial para disfrutar sin prisas. «Aquí mestúranse historia, patrimonio, tradición e os 300 verdes de Galicia», destaca la «barqueira do Miño». Ejerce de capitana y de guía.

Las vistas al río son uno de los atractivos de la bodega A Taranxela
Las vistas al río son uno de los atractivos de la bodega A Taranxela Quinta Sacra

Cenobios, playas y cascadas

El trayecto discurre entre concellos como los de Taboada, Chantada, O Saviñao, Carballedo o Pantón. Permite ver templos como la iglesia de Santo Estevo de Chouzán o San Xoán da Cova desde la perspectiva del río -la Ribeira Sacra tiene la mayor concentración de arte románico de Europa. Uno de sus mayores exponentes es Santa María de Nogueira, bautizada como la Capilla Sixtina gallega-. También monumentos naturales como el meandro de Cabo do Mundo, el penedo do Garabullo, la isla de Maiorga o la cascada de Augacaída, junto al castro de Marce. En el recorrido pueden hacerse paradas para bajar y contemplar la catarata o zambullirse en un remanso del Miño cual xacia. La aldea turística de A Míllara - una opción para pasar la noche-, la playa fluvial de A Cova -recomendable para extender la toalla y darse un baño- o los socalcos donde crecen las uvas de los mencías y godellos de la denominación de origen Ribeira Sacra conforman el paisaje de la ruta. «Navegamos por riba de soños», desliza Luisa. Bajo el agua hay sumergidos pueblos enteros. El embalse forzó la más dolorosa de las emigraciones. «Quero que a xente coñeza doutro xeito a Ribeira. Sen agobios, lonxe do estrés que poden supor as praias en agosto», comenta Rubines. «A tranquilidade que dá o río -detalla- mestúrase co atractivo duns bosques autóctonos cun microclima totalmente mediterráneo. Creo que esta é a Galicia máis descoñecida para o viaxeiro», confiesa.

Bosques, remansos o la Fervenza de Augacaída están en la ruta
Bosques, remansos o la Fervenza de Augacaída están en la ruta Q.S.

Gastronomía de «terrazas»

Vía Romana -donde Dolores Redondo ambientó su libro Todo esto te daré-, Adegas Moure o Abadía da Cova son algunas de las bodegas con las que se puede completar la escapada y hacer enoturismo. En la web de Turismo de Galicia recomiendan trayectos para exprimir la Ruta del Románico. Además, aquí confluyen el Camino Francés y el de Invierno. Pero, antes de bajarse de la lancha, Luisa tiene otra parada: Un bodega pequeña, A Taranxela, en Pincelo, a lomos de las terrazas del Miño y donde se pueden probar quesos, pan, empanadas o embutidos de la zona. Todo esto con vistas a los bancales de la viticultura heroica. «A Ribeira é inesgotable», advierte Rubines.