En el curro del monte Acibal se celebró este fin de semana la Baixa das Bestas
16 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Si hay una parroquia festeira con mayúsculas en el municipio pontevedrés de Moraña y quizá en toda la provincia esa es Amil. En el curro del monte Acibal se celebró este fin de semana la Baixa das Bestas, que es como aquí llaman a su rapa. Aunque el trabajo de los apeitadores -porque en Amil no los denominan aloitadores- coincidió con la final del Mundial de fútbol entre Francia y Croacia, el partido no le restó afluencia, según coincidieron varios asistentes. «Había moita máis xente que o sábado», apuntó uno.
El presidente de la Asociación Cabalar Monte Acibal, Luis Calvo, advertía que el impacto del lobo se dejó sentir este año y el número de caballos salvajes fue inferior al de otras ediciones, donde se alcanzaban cerca de cuatrocientas cabezas. Este 2018 se quedaron en algo más de cien. Pese a ello, todo el proceso es un espectáculo digno de presenciar. Tanto la reunión previa de los equinos y sus potros como el trabajo que se ve en el curro que Amil estrenó en el año 2010 gracias a un acuerdo con los comuneros. Esta tradición ancestral que pone a prueba la relación del hombre con el caballo se reedita cada año el domingo siguiente a la rapa de Sabucedo (A Estrada), la más internacional de Galicia. En Amil no gustan las comparaciones. «Cada una es como es», dicen. Oficio y valentía son dos armas para enfrentarse al caballo. Este 15 de julio solo se vieron en acción apeitadores. «Temos un par de rapazas ás que lle gusta montar, pero aínda non se atreven», comentaba Luis Calvo tras la cita de la tarde, donde se raparon, marcaron y montaron.
El curro no dejó ninguna incidencia, más allá de magulladuras y caídas, con las que ya cuentan los que saltan sobre los caballos. Si los equinos fueron menos que en ediciones anteriores, la respuesta del público fue muy buena. «É difícil de calcular canta xente pasou por aquí, pero máis que ningún ano», señaló el presidente de la asociación. En Amil espera en agosto la Festa do Porquiño á Brasa y en septiembre, la romería de Os Milagres.