Entre pedidos que van y vuelven, descargas, análisis y contraanálisis, productores, compradores, exportadores, cocederos y demás hacían una parada ayer para preguntarse qué había fallado y cómo era posible que el problema hubiese alcanzado unas dimensiones tan desproporcionadas. Santiago Cruz, el patrón mayor de Noia, no se mordió la lengua: «Isto non é normal, teñen que facer máis análisis, metéronnos nun problema moi gordo», decía.
La réplica la daba Covadonga Salgado en una comparecencia exprés ante los medios de comunicación. La responsable del Intecmar aseguraba ayer que «nós analizamos o venres os polígonos bateeiros de Muros-Noia e non había ningún tipo de toxicidade. Nós analizamos o martes os polígonos bateeiros, había toxicidade e pechouse o mércores a primeira hora da mañá. A raíz de que está pechado o molusco en batea, o mexillón, que é o bioindicador por excelencia, nós pedimos mostras de moluscos infaunais. Esas mostras estaban aquí ás once da mañá [...] e foron analizadas con total rapidez [...] acadamos o resultado ás tres da tarde», cuando se procedió al cierre. Salgado considera que «máis axilidade non se pode pedir» y quiso realizar un llamamiento a la calma ante un episodio extraordinario, entre otras cosas, por ser «tan repentino». Se han intensificado los análisis tanto en las zonas que siguen abiertas como en las cerradas cautelarmente y, aunque ayer se levantaron 4 preventivos, los resultados de los que se disponía ayer parecen indicar que la toxicidad «está incrementándose».
¿Cuánto tiempo tardará la marea roja en salir de las rías? «En termos xerais, cando falamos de toxinas lipofílicas estamos falando dunha escala temporal de semanas ou meses», señala Salgado. Hagan cálculos. La campaña de Navidad podría estar en el aire.