La Unión Europea se mostró ayer dividida sobre la posibilidad de sancionar a Irán con un embargo petrolero, ya que varios de sus socios, sobre todo España, Grecia e Italia, dependen bastante del petróleo iraní.
«Francia, Alemania y Gran Bretaña son favorables a sanciones petroleras», indicó un diplomático europeo, un día antes de la reunión de ministros de Exteriores en Bruselas en la que prevén debatir un endurecimiento de las sanciones contra Teherán por su programa nuclear. «No será fácil obtener un acuerdo de los 27», admitió.
Los ministros europeos prevén congelar hoy los haberes de 143 empresas y organizaciones iraníes, así como los haberes de 37 personas a las que se les cancelarán los visados. Pero permanecen divididos sobre una extensión de las sanciones a otros sectores, como el petrolero.
Según datos de la Comisión Europea, la UE importó en el 2010 el 5,8 % de su petróleo bruto desde Irán, equivalente a 30,3 millones de toneladas. Con un 14,6 %, España es el país que más depende de las importaciones iraníes, seguido de Grecia (14 %) e Italia (13,1 %). Grecia se opone al embargo debido a que «Irán le vende a crédito, lo que constituye una ventaja en los tiempos que corren», comentó un diplomático.
El influyente senador republicano Mark Kirk afirmó que Arabia Saudí está lista para producir más crudo si hay nuevas sanciones de EE.UU. contra Irán y no perturbar el mercado mundial.