El Gobierno de Cristina Fernández exige permisos a los barcos que quieran pasar por sus aguas para ir a la zona
17 feb 2010 . Actualizado a las 02:13 h.Acosado por varios frentes internos, entre los que destacan el retorno de las tractoradas del campo y el reguero de casos de corrupción en el entorno del matrimonio Kirchner, el Gobierno argentino dio ayer un paso más en el contencioso que lo enfrenta con el de Londres por el control de las Malvinas y puso en marcha una estrategia para evitar el inicio de una exploración petrolera británica en las aguas de las Malvinas. Con tal fin, anunció la implantación de controles para el tráfico marítimo con las islas, cuya soberanía dio lugar a una guerra entre los dos países.
«Todo buque que se proponga transitar entre puertos ubicados en la Argentina continental y las Malvinas o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas a las Malvinas, o cargar mercadería entre estos puertos, tendrá que solicitar autorización previa al Gobierno argentino», señala el decreto firmado ayer por la presidenta, Cristina Fernández. La medida, explicó el jefe de gabinete, Aníbal Fernández, se acompaña de la creación de una comisión, que estará integrada por varios ministerios y que tiene como fin coordinar las acciones a desarrollar para el cumplimiento del decreto.
El respeto de Argentina a la normativa internacional sobre las Malvinas, agregó el ministro, «nos obliga, en defensa de los intereses de los argentinos, a tomar este tipo de decisiones que nos permitan ir hacia un punto que garantice no solo la defensa de la soberanía, sino de todos los recursos que pudieran existir» en las islas.
El nuevo conflicto entre Buenos Aires y Londres estalló cuando se hizo pública la intención británica de iniciar la exploración de petróleo en las Malvinas, lo que provocó una airada respuesta del Gobierno de Fernández de Kirchner. Argentina renovó sus advertencias contra las petroleras que operan en el archipiélago y recordó que pueden ser objeto «de demandas judiciales en los máximos tribunales por la potencial exploración y explotación de recursos argentinos».
El pasado día 11, Argentina pasó de las protestas a los hechos y prohibió operar en todos los puertos del país al buque Thor Leader , que transportó al archipiélago material para la exploración de la empresa Desire Petroleum. Además, el Gobierno argentino anunció la presentación de una reclamación ante Naciones Unidas el próximo junio.
El conflicto por la soberanía de las islas Malvinas provocó en 1982 una guerra entre Argentina y el Reino Unido, que concluyó con la derrota del país sudamericano y la muerte de casi mil soldados.
El desenlace de la contienda no ahogó las demandas argentinas sobre una zona que, además de su interés estratégico, puede tener también ricos yacimientos de petróleo. El Gobierno de Gordon Brown ha declarado a los malvinenses que apoya las prospecciones.