Corea del Norte dio ayer un paso más en su cadena de desafíos iniciada el lunes con su prueba nuclear, al amenazar a Corea del Sur con un ataque militar y dar por finiquitado el armisticio con que concluyó en 1953 la guerra entre ambos países.
El régimen comunista de Pyongyang indicó que considera «una declaración de guerra» la decisión anunciada el martes por el Gobierno de Seúl de adherirse a la iniciativa estadounidense contra el tráfico de armas de destrucción masiva (PSI), que permite el abordaje de barcos sospechosos.
Corea del Norte anunció que responderá con un «fuerte» ataque militar si sus buques son interceptados y que además no garantiza la seguridad de los barcos extranjeros en el mar Occidental (mar Amarillo), donde en años recientes los dos país mantuvieron enfrentamientos.
El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, pidió «reacciones calmadas» y agradeció a la población la «madurez» con que está recibiendo las amenazas norcoreanas, mientras una fuente militar señaló que su país tiene superioridad naval y repelerá cualquier ataque.
La península coreana es una de las zonas más militarizadas del mundo, con un millón de soldados norcoreanos, 655.000 de Corea del Sur y otros 28.500 militares estadounidenses asentados en territorio de su aliado surcoreano desde el final de la guerra.
Desde el lunes, Corea del Norte ha efectuado su segundo test nuclear y ha lanzado al menos cinco misiles de corto alcance -ayer se informó del último de ellos-, haciendo caso omiso a las advertencias de EE.?UU., Japón, Corea del Sur o la misma ONU. La agencia norcoreana KCNA divulgó ayer fotos de una celebración multitudinaria, ayer en Pyongyang, para aplaudir el «éxito» nuclear del país, cuyo líder, Kim Jong-il, se muestra más amenazante que nunca.
Según fuentes diplomáticas citadas por la agencia surcoreana Yonhap, la central nuclear norcoreana de Yongbyon, inactiva desde el 2007 por un acuerdo internacional ahora descabezado, habría sido reactivada en abril para extraer plutonio.
El pasado 25 de abril, Corea del Norte ya anunció que había comenzado a extraer plutonio del combustible nuclear que almacena en esa planta, con el fin de impulsar su poder atómico ante las «fuerzas hostiles».
Ayer el léxico empleado por un portavoz de la misión militar norcoreana en la vigilada frontera entre las dos Coreas fue similar, al tachar al equipo del presidente Lee de «grupo de traidores» y amenazar, en último término, con la guerra.
Según ese portavoz, los militares norcoreanos ya no están vinculados por el armisticio con que acabó la Guerra de Corea (1950-53), debido a que «Estados Unidos ha hecho entrar a los títeres [Corea del Sur] en el PSI».
Pyongyang aseguró que si se inspecciona alguno de sus barcos en base a la PSI, eso será un acto hostil y «una violación intolerable a su soberanía» a la que responderá con un ataque militar. Las dos Coreas están técnicamente en guerra pues nunca firmaron un tratado de paz.
Contención
El Ejército surcoreano está listo para responder a un ataque armado, dijo una fuente del Ministerio de Defensa. «Nuestra principal prioridad es mantener la actual superioridad armada», añadió. Según la misma fuente, Seúl «devolverá el golpe con rapidez e intentará detener la extensión de los choques hacia un conflicto abierto», de modo que se localicen los enfrentamientos en caso de conflicto armado. La Armada surcoreana ha desplazado hacia la frontera marítima con Corea del Norte un destructor y ha intensificado la vigilancia en la zona.