Pide al Partido Democrático, de momento en manos del vicesecretario, que permanezca unido
19 feb 2009 . Actualizado a las 09:17 h.Una larga rueda de prensa sirvió al hasta ahora líder de la oposición italiana, Walter Veltroni, para sacarse la espina contra los compañeros del Partido Democrático que han buscado su dimisión. Ningún agradecimiento a los dirigentes y un reconocimiento agrio a Silvio Berlusconi, quien «ha ganado una batalla de hegemonía en la sociedad porque con sus medios ha revolucionado el sistema de valores y ha construido un sistema de no valores contra el que hace falta combatir con coraje».
Era su aparición pública para explicar los motivos de la dimisión que presentó el martes tras confirmarse la derrota electoral del PD en Cerdeña. El discurso de Veltroni fue una especie de testamento político con mensajes a los dirigentes, pero sobre todo a la base.
«El PD es el sueño de mi vida, pero no he conseguido llevarlo adelante. Pido perdón y por eso me voy», admitió. El partido nació en el 2007 con el objetivo de renovar y unificar el centroizquierda italiano (Izquierda Democrática y La Margarita), pero su historia ha estado protagonizada por disputas y falta de unidad.
En el sueño roto de Veltroni aparece Berlusconi, al que reconoce su victoria, aunque asegura que el verdadero problema de Italia no es su política, sino el que consiga conquistar a los electores.
Veltroni responsabilizó a los italianos de no haber sabido reaccionar ante algunos comportamientos del primer ministro, como ha ocurrido en el caso de Eluana Englaro, la joven en coma vegetativo, o en su enfrentamiento con el presidente Giorgio Napolitano. «Hace falta llevar a cabo un profundo trabajo en la sociedad», apuntó mientras insistía en la necesidad de un cambio para el país, al que pidió perdón por no haber sido capaz de lograrlo con el PD. «En Italia nunca cambia nada», sentenció Veltroni.
Tres son los puntos en los que, explicó, ha intentado trabajar en los 16 meses en los que ha dirigido el PD: la simplificación de la vida política y social, renovar la izquierda y la idea de partido que esperaba fuese «nuevo y abierto» con una amplia participación de la base. No haber logrado ese proyecto es lo que lo ha llevado a retirarse. «Es una decisión dolorosa, pero justa». A sus compañeros pidió, como final, que «amen más» al partido y que permanezcan unidos.
Las divisiones en el PD ya eran evidentes desde hace meses. Las sucesivas derrotas con la pérdida de la alcaldía de Roma y en la región Abruzo culminaron con la de Cerdeña. También el asalto a la secretaría general del partido había comenzado hace tiempo, aunque ahora muchos teman el futuro. Linda Lanzillotta, proveniente de La Margarita, comenta que «Veltroni es el PD y si él se va ¿qué quedará del partido?».
De momento, al frente se queda el vicesecretario, Dario Franceschini, ya que algunos hasta ahora «aspirantes», como Pierluigi Bersani, prefieren esperar a después de las elecciones europeas de junio. El ex ministro Massimo D'Alema, que había dicho que era necesario «volver a partir de un centroizquierda renovado», mantiene silencio, al igual que Francesco Rutelli, mientras el sector del Olivo no disimula su enfado.
Por otra parte, el Senado italiano aprobó ayer por una gran mayoría la nueva ley electoral para los comicios europeos, que exige obtener un mínimo del 4% de los votos para que los partidos puedan tener representación parlamentaria.