Promete cooperar con Moscú en el escudo antimisiles y pide ayuda a sus aliados en temas como Afganistán
08 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.La Administración Obama se presentó ayer en la Conferencia de Seguridad de Múnich con la mano tendida hacia Rusia e Irán y la petición de ayuda a sus socios europeos, en consonancia con su mensaje de poner fin al unilateralismo implantado en el mandado de George W. Bush.
En su primer discurso en Europa tras la llegada de Obama a la Casa Blanca, el vicepresidente, Joe Biden, proclamó un «nuevo tono» en las relaciones, basado en la cooperación y el diálogo, concretado en gestos como el de contar con Moscú para el desarrollo del polémico escudo antimisiles. «Estoy aquí como representante de un Gobierno que está decidido a emplear un nuevo tono en Washington y en las relaciones de América con los Estados del mundo», dijo. «EE.?UU. necesita al mundo pero creo que el mundo también necesita a EE.?UU.», añadió.
Nuevo tono
La intervención de Biden había sido anunciada por el organizador de la conferencia, Wolfgang Ischinger, como la primera presentación de la política exterior estadounidense a sus socios occidentales, pero se quedó a medio camino. Biden demostró efectivamente que existe un nuevo tono en el discurso político, por ejemplo al pedir «sinceramente» a los europeos que planteen propuestas de cuál debe ser la futura estrategia en Afganistán, pero sin llegar a colmar las expectativas que había sobre anuncios concretos.
Fue directo al invitar a Irán al diálogo, con la promesa de «provechos» para Teherán en caso de aceptarlo y la amenaza de sanciones y presiones en el caso contrario. También pidió a los europeos que acojan a un pequeño número de prisioneros de Guantánamo cuando se cierre esa prisión.
El gesto hacia el Kremlin
Pero el gesto más visible fue hacia Rusia, a la que prometió incluir en su proyecto de crear en el este de Europa un escudo antimisiles, sobre el que el vicepresidente no fue mucho más explícito. El escudo se pondrá en marcha, dijo, «solo si resulta tecnológicamente sensato» y «factible desde el punto de vista de los costes» y solo en cooperación con la OTAN y Rusia.
Biden resaltó la importancia de Moscú a la hora de afrontar amenazas conjuntas, como la lucha contra los talibanes, el terrorismo internacional o el comercio nuclear. También se mostró convencido de que EE.?UU. y Rusia lograrán un pacto sobre el tratado que debe suceder al Start (de armas estratégicas), que vence en diciembre.
La necesidad de cooperar con Rusia centró de las intervenciones del presidente francés, Nicolas Sarkozy; de la canciller alemana, Angela Merkel, y del representante de la política exterior europea, Javier Solana.
Sarkozy fue quien empleó el tono más amistoso frente a Moscú al llamar a la calma a aquellos que ven en Rusia una amenaza y restar importancia a las tensiones surgidas tras la crisis de Georgia y la guerra del gas. «Creo que ahora Rusia no es una amenaza para la UE o la OTAN. Rusia tiene demasiados conflictos internos como para suponer una amenaza», subrayó. Merkel, por su parte, dibujó una nueva política de cooperación reforzada entre la UE y Rusia y, al igual que Solana, alabó las propuestas del presidente Dmitri Medvédev de crear una nueva arquitectura de seguridad europea.
Iniciativa económica
En una breve comparecencia ante la prensa al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Sarkozy y Merkel anunciaron una iniciativa económica conjunta para que Europa pueda hacer frente a la crisis, sin más precisiones. «Vamos a adoptar una iniciativa común franco-alemana para hacer que Europa sea más fuerte», dijo la canciller. La iniciativa será presentada a la presidencia checa de la Unión Europea.
Por otra parte, manifestaron su intención de aumentar el peso europeo dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte mediante nuevos alineamientos estratégicos y alianzas.