José Cendón sospecha de la implicación del Ministerio de Seguridad somalí en su secuestro

Colpisa

INTERNACIONAL

El fotógrafo gallego se plantea viajar a Latinoamérica para conocer esa «nueva izquierda tan criticada».

13 ene 2009 . Actualizado a las 21:51 h.

El fotógrafo gallego José Cendón sospecha que el Ministerio de Seguridad de Somalia podría estar implicado en su secuestro. Así lo manifestó este martes en el transcurso de una rueda de prensa ofrecida a su llegada a Santiago, donde se reunió con sus padres y hermanos.

Aseguró que tanto él como su compañero británico Colin Freeman se sorprendieron de que el día en que fueron secuestrados los guardias de seguridad que el Ministerio les había asignado fueran sustituidos por otros. En este sentido precisó que los anteriores escoltas les habían «proporcionado muchos impedimentos» mientras llevaban a cabo su reportaje sobre la piratería en las costas somalíes. Este cambio de vigilantes le hace suponer que en toda la peripecia del secuestro «hubo más personas implicadas que el intermediario (fixer) y el traductor».

Cendón explicó que las personas que se encargaron de su «custodia» no tenían relación directa con los piratas sobre los hicieron el reportaje. Aunque dijo que no tenía información sobre un posible pago por el rescate, insistió en sus sospechas de la implicación del Ministerio de Seguridad somalí, del que dijo que «debería dar explicaciones» por lo que considera irregularidades en su protección.

El fotógrafo se mostró tranquilo durante la rueda de prensa y, aunque manifestó estar sorprendido por el revuelo mediático suscitado, dijo que no quería hacer un relato lacrimógeno del reencuentro con sus familiares en Santiago, limitándose a decir que fue un momento de mucha emoción, «prácticamente sin palabras». Aprovechó también para agradecer la preocupación y el apoyo recibido de los medios de comunicación, aunque dijo que «es muy triste hacerse famoso por un secuestro».

Tiroteo

Insistió en que sus captores les habían hecho algunas amenazas, pero que no se las tomaron muy en serio y que, en general, los dos fueron bien tratados. Incluso, como estrategia durante el secuestro, se esforzaron por intentar comprender las motivaciones de sus captores, con los que charlaban, jugaban al ajedrez y el propio Colin Freeman les daba clases de inglés. Sin embargo, admitió que hubo una situación en la que temieron por sus vidas.

«El momento más complicado -dijo-, fue cuando un grupo de somalíes que no conocíamos llegaron a una de las cuevas donde estábamos y se liaron a tiros con nuestros secuestradores. El tiroteo duró una media hora o cuarenta minutos», precisó. Al margen de esto, los momentos de tranquilidad, en un periplo de traslados «de cueva en cueva» para evitar otras bandas, se alternaban con otros de «tensión y miedo», insistió.

En cuanto a su futuro, el periodista gráfico dijo que sus planes se dirigen hacia Latinoamérica. «Me interesa mucho la situación allí, esta nueva izquierda tan criticada. Me interesa ver cómo es en realidad, y mi plan era irme más o menos en septiembre a Latinoamérica y dejar África». Mientras tanto, se tomará unas vacaciones junto a sus familiares, antes de retomar su actividad periodística.