Poniendo fin a más de dos meses de incertidumbre, el candidato demócrata Barack Obama se prepara estos días para anunciar por SMS quién será su vicepresidente y cuyo nombre podría hacer público por fin esta semana, según aseguraron fuentes de la campaña del senador.
Conocedores de la expectación que la elección del número dos demócrata levanta entre la sociedad estadounidense, nadie del entorno del senador quería al cierre de esta edición desmentir o confirmar qué nombres figuran en la lista final de Obama. Los medios de comunicación del país han lanzado sus quinielas sobre el candidato mejor posicionado.
Así pues, y en virtud del ránking elaborado por la cadena CBS, liderando las apuestas se encontraría el senador por el estado de Indiana, Evan Bayh. Considerado como una de las jóvenes promesas del Partido Demócrata, entre los principales atractivos de este político se encontrarían su capacidad para apelar a los sectores más moderados, tal y como demostró tras vencer en un estado tradicionalmente republicano, así como su experiencia en materia de seguridad.
Bayh tiene a sus espaldas varios años en el Comité de Defensa del Congreso y es una de las personas más versadas en las guerras de Irak y Afganistán. Unos méritos que no han conseguido acallar a quienes lo tachan de blando y poco beligerante, algo que lo convertiría en un blanco perfecto para la agresiva campaña del republicano John McCain.
Menos problemas para bregar con la furia conservadora tendría, sin embargo, el número dos en la lista de la cadena, Tom Kayne, senador por el estado de Virginia y a quien su carácter «sureño», capaz de captar el necesario «voto obrero», y su imagen fresca, alejada de la maquinaria de Washington, podrían convencer finalmente a un candidato que necesita mantener su mensaje del cambio sin renunciar a la clase media. Erigido también como el favorito de los demócratas, los rumores de que Obama acabaría decantándose por Kayne crecían en la jornada de ayer, después de que el candidato hiciera pública una visita al estado del senador para el próximo miércoles.
Algo parecido ocurría también con el tercer aspirante, y antiguo rival en las primarias, Joe Biden. Embarcado a última hora en un viaje relámpago a Georgia para analizar sobre el terreno el conflicto, el senador Biden esperaba poder «conocer de primera mano los problemas que han generado esta crisis». Este cambio de agenda era interpretado en algunos medios especializados como un movimiento estratégico de la campaña de Obama para dotar de un barniz internacional al que podría ser su segundo de a bordo.
?Un decisión telefónica
Sin la baraja todavía cerrada y con nombres de la talla del senador republicano por Nebraska, Check Hagel; la gobernadora del estado de Kansas, Kathleen Sebelius, y hasta sus antiguos rivales por la nominación; el gobernador Bill Richardson o la propia Hillary Clinton, resonando entre los seguidores de su campaña. Lo único que parece seguro es la propuesta de Obama, quien ayer se reunía con el inversor petrolero T. Boone Pickens, de anunciar a su compañero en la presidencia.
El candidato demócrata revelará por medio de mensajes de móvil y correo electrónico su candidato escogido, no a los medios sino a los seguidores que financiaron su campaña, en un movimiento sin precedentes en la historia electoral norteamericana.