La tragedia de ayer en la escuela coránica de Konya llega en un momento en el que Turquía recupera el aliento tras el atentado del domingo, que causó 17 muertos, y el rechazo del Constitucional a ilegalizar al partido del Gobierno. Su decisión logró evitar una grave crisis política, pero no enterró el debate entre islamistas y laicistas.
Para el bando laico, cuyo estandarte es el Ejército, el debate no está cerrado. El día siguiente al fallo la prensa instó al partido de Erdogan a hacer autocrítica, recordando la necesidad de respetar el dogma de un Estado laico del fundador de la Turquía moderna, Kemal Atatürk.
El debate es seguido con preocupación en la UE, que lleva adelante desde octubre del 2005 unas difíciles negociaciones de adhesión con este país. Tras el veredicto, las autoridades comunitarias pidieron a Ankara que realice reformas, especialmente en el sistema de partidos, con el fin de adecuarlo a los usos europeos.
Con todo, la perspectiva de que se produzca el ingreso parece por ahora muy lejana. Los más optimistas hablan incluso de por lo menos diez o quince años de negociaciones antes de que se tome una decisión. Hasta el momento, solamente ocho de los 35 capítulos temáticos del proceso de adhesión han sido abiertos desde el 2005.