No hay disponibles ni tan siquiera semáforos portátiles y el plan que se aplicaría es el de inundaciones
11 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Lo que ocurrió en las últimas horas del domingo cuando el puente nuevo se colapsó debido a un accidente, puede volver a repetirse y todavía con mayor gravedad. La situación podría generar un gran caos como consecuencia de las complicaciones que supondría el habilitar desvíos alternativos en una ciudad que todavía tiene grandes deficiencias en infraestructuras.
La circulación por el puente no se normalizó hasta casi las once de la noche del domingo. Hasta entonces hubo grandes colas y los conductores tuvieron que buscar alternativas para llegar a la ciudad. Fueron dos horas, pero si llega a ser más tiempo, el caos hubiese sido de órdago y serían precisas decenas agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad y personas de otros colectivos, para tratar de resolver la situación. Un domingo de agosto, por ejemplo, las posibilidades de conseguir personal, al menos con cierta prontitud, no serían muchas.
Una de las alternativas para llegar al centro sería el viejo puente. Es una solución tercermundista y de dudosa validez teniendo en cuenta los problemas que se producen ya a diario con un tráfico considerado normal. Sería preciso, quizás, habilitarlo con un sentido únicamente.
Otra alternativa sería el puente situado en las inmediaciones de la estación elevadora de aguas. Supone un rodeo considerable y de difícil hallazgo salvo que se disponga de personal que informe o señalice el trayecto. La tercera es el puente de Ombreiro, con un rodeo de casi treinta kilómetros para cualquier persona que provenga, por ejemplo, de Ourense y Santiago. Toda esta complicada situación se produce por la falta de un puente con amplitud y capacidad suficiente para dar cabida al tránsito rodado que pueda producirse en una vuelta a casa un fin de semana.
No hay ningún plan específico por si se produce un accidente que corte el puente. Se aplica, según diversas fuentes, el elaborado para inundaciones de puentes. Tampoco existen medios materiales suficientes que ahorrarían personal. Por ejemplo: ni tan siquiera hay un par de semáforos portátiles para colocar en casos de emergencia. La función que harían tendría que ser suplida por medios humanos, lo que supondría disponer de por lo menos dos personas.