Lo es porque está en la tele española desde los 20 años, cuando se hizo muy popular como Serpa en la serie Compañeros (Antena 3, 2001-2002). Más adelante sería Alfonso García en Amar en tiempos revueltos (La Primera, 2008-2010), prácticamente haciendo doblete con aquel extraño éxito que fue Sin tetas no hay paraíso (Telecinco, 2008-2009), en donde encarnaba a José Moreno, para recalar finalmente como el protagonista César Bravo en la actual Tierra de lobos (Telecinco, 2010-2011), un neowéstern ibérico al que ya no regresará para su tercera temporada, aun estando en la cima de su popularidad. En principio, será de manera indefinida, dejando un tanto desamparado a Román (su hermano en la ficción, encarnado por Junio Valverde), y a saber cómo impactará su marcha en la audiencia del serial.
Tinerfeño, 30 años, y asomado a la televisión local cuando apenas era un mocoso, Álex García transmite en sus entrevistas la sensación de ser muy consciente del espejismo de la fama y de lo mucho de falso glamur que tiene el medio. Recientemente declaró: «La fama o el éxito, creo que son irreales, te esclavizan». También aplicó a su profesión eso tan castizo de «es mejor no escupir hacia arriba, porque probablemente te caiga encima». Formado como actor en la academia de la prestigiosa actriz argentina Cristina Rota (madre de Juan Diego y María Botto), García también coqueteó como actor de cortos e incluso dirigió alguno cuando ya era un rostro catódico popular. Deja Tierra de lobos (sin descartar un regreso puntual) para dedicarse al cine, y entre sus proyectos, Día roto, junto a José Coronado, para la productora de Antonio Banderas.