Que le quiten lo Bailao

BEATRIZ MANJÓN

SANTIAGO

27 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Celebro la victoria de Lucía Pérez con un Bloody Mary al Kepchup, porque es paisana, porque tiene talento y porque derrocha esa naturalidad que a veces escasea en los que viven cantando, hey. Pero no puedo evitar llamar bandido, aunque no amante, a ese jurado que no ha permitido que la artista concurse con una balada, como ella misma pidió. Sin rencor. En su lugar, le tocará cantar un tema simplón para bailar despegados. Eurovisión tiene un sistema de votación que da el cante por su previsible -¿o a estas alturas creen que Uribarri es pitoniso?- servilismo político y en el que la voz no es un seguro. Los artistas consolidados suelen sobrevivir al regateo de puntos, incluso Remedios Amaya, que no obtuvo ningún voto, logró manejar su barca artística. Pero a los menos conocidos el concurso puede dejarlos colgados de un sueño. Lucía tiene el optimismo lógico de sus 25 años, así que esperemos que no le den una puntuación algo pequeñita, uououo (coletilla que, por cierto, se repite, aunque con otra cadencia, en el tema de este año). Ojalá pueda hacer realidad lo que no consiguió Soraya, que la noche sea para ella, porque, con su experiencia en festivales, estoy convencida de que no le temblarían ni los rizos en presencia de Jimmy Jump. Mientras llega el 14 de mayo, sólo le puedo decir, como Peret, que cante y sea feliz, porque, consiga lo que consiga, que le quiten lo bailao.