Carolina defiende a su esposo infiel

Enrique Müller

GENTE

La princesa de Mónaco entierra su orgullo de esposa engañada y aboga por Ernesto de Hannover, condenado por la justicia germana por dar una paliza al propietario de un bar.

13 ene 2010 . Actualizado a las 21:41 h.

Nobleza obliga. Carolina de Monaco dejó este miércoels a un lado su honor mancillado por la infidelidad de su esposo, el famoso y díscolo Ernesto Ausgusto de Hannover y acudió a un juzgado en la ciudad germana de Hidesheim para testificar a favor de su marido infiel, condenado por la justicia germana por haber dado una paliza a un propietario de un local nocturno en la lejana África

¿Viene o no viene? La pregunta estuvo en boca de los periodistas de la prensa del corazón alemana durante varios días y nació cuando varios medios publicaron las fotos del príncipe germano, besando a una hermosa desconocida en una playa tailandesa.

Pero no. Carolina, fiel a la tradición, dejo a un lado la humillación, enterró su orgullo de esposa engañada y, con una voz serena pero firme y con un rostro marcado por la amargura, defendió la honorabilidad de su marido, el famoso príncipe de Hannover, que ya ha sido condenado a pagar una multa de 445.000 euros por haber agredido borracho al dueño de una discoteca en Kenia, en un lejano enero de 2000.

«Wie soll ich beginnen» - «¿por dónde debo comenzar?»- quiso saber la princesa cuando el juez la invitó a describir los hechos ocurridos hace 10 años. A pesar de su dominio del idioma alemán, la princesa prefirió hablar en inglés para referirse al momento crucial de su cita con la justicia germana.

«¿En qué estado de ánimo se encontraba entonces su esposo?», quiso saber el juez. «He was angry» (estaba furioso) respondió la princesa. «¿Como golpeó al dueño del local?», insistió el juez.

«Muy rápido y con las dos manos. Le dio dos bofetadas con la mano plana y le dijo: una por la música y la otra por las luces», dijo Carolina. «También le dijo un par de cosas que no se pueden repetir en un juzgado», añadió la princesa.

Aún no está claro si las declaraciones de la princesa, que permaneció casi dos horas en la sala del juzgado de Hidesheim, servirán para dejar sin efecto la sentencia que recibió el príncipe en 2004, cuando fue encontrado culpable de graves lesiones físicas e insultos tras conocerse las imágenes de su víctima, Josef Brunlehner, con el rostro ensangrentado en una clínica de Mombasa

El incidente ocurrió el 14 de enero en la isla de Lemu en Kenia, pero pasó ayer a un discreto segundo plano a causa del escándalo que protagonizo Ernesto Augusto, esta vez en una playa tailandesa.

La semana pasada, la revista alemana Bunte y el periódico Bild publicaron una serie de fotos que mostraban a Ernesto Augusto, chapoteando en el agua y besando a una hermosa desconocida con un extraordinario parecido a Carolina.

Ayer, el 'Bild' reveló la identidad de la nueva amiga del príncipe. «Se llama Myriam I. tiene 41 años, es marroquí y aparentemente mantiene desde hace bastante tiempo una estrecha relación con el príncipe», señalaba el rotativo. «Myriam confesó a sus amigas que el príncipe es su novio», añadía el 'Bild'. Myriam, según el rotativo, vive en Paris, Ibiza y Marrakech y se dedica al negocio inmobiliario.