Antena 3 estrenó el pasado jueves, en horario de máxima audiencia, El secreto , una adaptación de un formato que triunfa en Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Holanda y Dinamarca y ahora se emite en España. Y lo hizo con la mayor donación entregada hasta este momento, medio millón de euros en material y dinero en metálico. Los beneficiarios han sido tres oenegés coruñesas -Avam, Renacer y el Comité Antisida-, protagonistas de este primer programa, junto al arquitecto fundador del estudio A-cero, Joaquín Torres.
La dinámica de este formato de telerrealidad es conocida. Un millonario pasa una semana como voluntario en organizaciones sociales y luego decide cómo ayudarlas, con recursos que provienen de su patrimonio.
Pero, ¿qué hay de espectáculo y qué de filantropía en este formato televisivo? Sonia García, una de las responsables del Comité Antisida de A Coruña, lo tiene claro: «en este caso más de lo segundo que de lo primero. Nosotros creíamos que Joaquín Torres era un voluntario y que estábamos grabando un documental. El desenlace nos sorprendió». Torres mantuvo una relación muy especial con Juan Espinosa, un ex toxicómano contratado como monitor en esta organización. El arquitecto le regaló un piso valorado en 130.000 euros y a la asociación otros 10.000 mensuales durante diez años. «A nosotros nos ha venido estupendamente. Gracias a este dinero contamos con la financiación necesaria para desarrollar un programa para rehabilitar toxicómanos que están en prisión. Pero ahora necesitamos un piso y el Ayuntamiento de A Coruña tiene la última palabra, aunque hay muchos vecinos que se oponen», explica García.
Torres sigue manteniendo contacto con esta organización después del programa. También con Avam, otra oenegé coruñesa en la que participan veinte voluntarios y que se dedica a ayudar a personas que no pueden moverse de sus domicilios. Necesitaban un local para hacer cursos orientados a jóvenes de vida descarriada y captarlos para su organización. Lo solicitaron a los concellos de A Coruña y Arteixo y no tuvieron respuesta. Ahora ya lo tienen y además 6.000 euros de donación. «Con el dinero pudimos comprar una furgoneta de segunda mano, con nueve plazas y adaptada a nuestras necesidades», señala Cruz Barrientos, una de las promotoras de esta iniciativa.
«Estuve con Joaquín Torres la pasada semana en Madrid y creo que el programa le ha cambiado. Se sigue interesando por lo que hacemos y nos ayuda en todo lo puede». El empresario también se ha hecho cargo de todos los gastos de agua y luz que genera el nuevo local de Avam.
Un piso sin terreno
Desde hace 25 años, Renacer ayuda a los más necesitados. Cuentan con varias casas de acogida y dan de comer diariamente a 110 personas que apenas tienen recursos. En los próximos diez años tendrán unos ingresos garantizados de diez mil euros anuales, muy necesarios para tapar agujeros. También les ha regalado un piso prefabricado, pero les falta un terreno donde poder construirlo.
«Si me dan una puñalada no sangro», afirma José Fernández Pernas, impulsor de esta iniciativa solidaria recordando lo sucedido. «No nos gustaba mucho salir en la televisión y no sabíamos nada sobre lo que iba ocurrir. Ha sido como un milagro», afirma haciendo balance de la experiencia.
Desde las tres oenegés no se escuchan reproches ni a la actitud de Torres ni al planteamiento de El secreto, de Antena 3, a pesar de ser un programa que bordea el difícil campo de las emociones y provoca la lágrima fácil. «Yo soy totalmente contraria a los realitys , y le expresé al director mi miedo sobre cómo sería el resultado final cuando supe realmente de qué se trataba, pero reconozco que han cumplido», concluye Sonia García.