Propone una profunda reforma de la Administración y en educación y justicia
04 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Solo en una ocasión Mariano Rajoy optó ayer por la prudencia electoral para situarse como aspirante a la presidencia del Gobierno. En el resto de su discurso destiló la visión del que se ve ganador claro de los comicios, aunque para estos resten todavía 77 días. Asumida esa posición de favorito, el presidente popular inició ayer en Soutomaior su carrera a la búsqueda de una mayoría absoluta, pidiendo para ello «el apoyo de todos los españoles, hayan votado o no antes al PP».
Rajoy quiere hacer ver a la ciudadanía que en esta ocasión no se trata de una mera disputa por escaños y el Gobierno entre distintas opciones políticas, sino de que España, «la gran e imbatible nación», dijo, sea más considerada en Europa y en el resto del mundo, ejercicio para el que aseguró es imprescindible contar con un Gobierno fuerte y estable que dé confianza, «no como el actual, que ya es historia» y ejemplo de lo que un Ejecutivo no debe volver a hacer, incidió.
Estrategia clara
El candidato popular dejó con ello clara ayer la estrategia que seguirá su formación: identificar al PSOE con el pasado y la crisis, y al PP con el futuro y la salida de la recesión. Para dejar atrás la crisis Rajoy anunció que está planificando una reforma integral y un plan de cambio constante de la Administración, pero también de diversos ámbitos como la justicia e incluso «a fondo de la educación». «Será un plan para cuatro años, austero, para fortalecer servicios como la sanidad y la educación», avanzó, como ejes fundamentales del programa que se culminará en octubre en la convención que el PP celebrará en Málaga.
La creación de empleo será el segundo pilar sobre el que Rajoy promete edificar su gestión, si las urnas le dan el respaldo necesario. En esa cruzada prometió «no subir los impuestos a los emprendedores», que verán cómo el impuesto de sociedades les bajará cinco puntos si el líder popular sucede a Zapatero.
Para lograr esa posición y el respaldo amplio demandado, Rajoy prometió conformar «un proyecto sin exclusiones, desde la centralidad, el diálogo y la moderación. Y lo haré», remachó, para dejar claro que a estas alturas ya se ve como presidente del Gobierno y que de aquí a las elecciones buscará el plus de la fortaleza que le pueda deparar una mayoría absoluta o lo más próximo a ella.