La acusada del crimen de Lalín será encarcelada cuando salga del hospital

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN/LA VOZ.

GALICIA

La jueza considera a Carmen Reboredo coautora de la muerte de su hija y del incendio en el que murió un hombre

02 nov 2010 . Actualizado a las 13:30 h.

Carmen Reboredo Lalín, que se declaró en su día autora de la muerte de su hija, Sonia Mouriño Reboredo, de 22 años, con una maza, permanece ingresada en el hospital Clínico de Santiago de Compostela. El domingo por la tarde un equipo formado por la jueza titular del Juzgado número 2 de Lalín, María Cecilia López Vázquez; una abogada de oficio, Margarita Darriba Cibeira, y el fiscal, Alejandro Pazos, junto con el secretario judicial, le tomaban declaración. La jueza dictó después para ella un auto de prisión provisional, comunicada y sin fianza, que no se podrá ejecutar hasta que le den el alta médica. Carmen Reboredo está acusada de un presunto delito de asesinato con agravante de parentesco, por la muerte de su hija; un delito de incendio con grave riesgo para la vida y la integridad física de las personas, y un delito de homicidio que podría ser calificado de doloso o de imprudente, por la muerte del octogenario que vivía en la casa. Se le imputan los mismos cargos que a su marido, como supuesta coautora de los hechos.

La mujer fue visitada ayer por la forense. Continúa sufriendo trastornos psíquicos y de ahí su permanencia desde el viernes en el hospital, donde está custodiada por agentes de la Guardia Civil, a la espera de que le den el alta y pueda ser trasladada a la prisión de A Lama. Allí compartirá cárcel con su marido. Aunque alojados cada uno en un módulo diferente, podrán verse en el patio.

Su marido, José Mouriño, fue trasladado el domingo a la misma prisión. Un grupo de amigos, que ese día estuvieron a pie de juzgado, se tuvieron que marchar sin poder dar a Mouriño ni siquiera un abrazo. Los amigos se movilizaron y contrataron los servicios de una abogada coruñesa, Carmen Tarrón, que hacía las primeras gestiones para presentar un recurso contra el auto que ordenó su ingreso en prisión y solicitó permiso para visitar a Mouriño en la cárcel. Una entrevista que esperaban que se produjese entre ayer y hoy. Mouriño pidió tres cosas en la cárcel: ropa, algunos libros y que cuidaran de sus animales.

Sus amigos echan en falta apoyos de quienes tanto lo querían en Lalín. Recuerdan que él fue quien electrificó la aldea y critican que ninguno de sus familiares, solo un antiguo empleado, se acercasen al juzgado. Creen que necesita apoyo y que «lo que está pasando ahora tiene que ser el infierno». Piden a los investigadores que miren los historiales médicos y los viajes que Mouriño hizo con diferentes miembros de su familia para ir al médico, los cursillos que realizó para «atender a todo el hospital que tenía en casa». Lo definen como «un hombre de consenso, tranquilo, capaz de trabar relación con cualquiera», que se desvivía por su familia y por todos los suyos.