Juan Carlos Pernas confesó los hechos cuando fue conducido de nuevo al lugar del crimen. La víctima no estaba dormida y en algún momento pudo tratar de defenderse del ataque.
21 abr 2023 . Actualizado a las 23:53 h.Cinco golpes en la cabeza, asestados con la parte roma de una macheta, acabaron con la vida de la auxiliar de enfermería lucense Montserrat Labrada Campos. La persona que presuntamente se los propinó fue su marido, profesor de Química en un instituto de la ciudad, Juan Carlos Pernas Díaz, que lleva ya más de 48 horas en los calabozos de la comisaría lucense en la que se presentó inicialmente con la finalidad de denunciar que su mujer no respondía a sus llamadas. Los investigadores no albergan dudas: los celos fueron la causa de este nuevo caso de violencia machista.
El análisis de los hechos revela que el presunto homicida actuó con premeditación, alevosía y, sobre todo, dando muestras de una gran frialdad. Aún quedan muchos aspectos por concretar, pero los investigadores ya tienen una secuencia de lo ocurrido en la madrugada del jueves en el piso 3.º C del edificio número 9 de la calle Carlos Azcárraga de Lugo.
A pesar de que a las pocas horas de conocerse el suceso algún organismo oficial ya daba por esclarecido el caso, nada más lejos de la realidad. La policía, según se pudo saber, no logró la confesión del profesor, a pesar de tenerlo a su disposición en comisaría todo el jueves. Ya entrada la noche, cuando se hallaba nuevamente en el interior del piso donde se cometió el homicidio y al que había sido llevado por orden judicial, Juan Carlos supuestamente se refirió a lo ocurrido. La revelación hizo que los investigadores tuvieran que forzar la máquina y trabajar toda la madrugada para tratar de no perder ninguna prueba.
Fue vigilada
Todo apunta a que Monserrat fue vigilada esa noche por parte de su esposo, aunque este extremo todavía no se encontraba ayer confirmado. Es posible que Pernas estuviese atento a la vuelta a casa de la auxiliar de enfermería para entrar en el domicilio y ejecutar su macabro plan. Algunas fuentes también apuntaron la posibilidad de que esa noche viera a su esposa con la persona con la que mantenía una relación; sin embargo, este extremo parece que no sería factible porque el nuevo compañero de la víctima estuvo de turno en el Hospital Xeral.
Lo que sí se sabe es que, alrededor de las cuatro de la mañana, la mujer fue atacada. Al parecer, no se encontraba dormida, aunque sí estaba en el dormitorio. Recibió cinco certeros golpes en la cabeza que le acabaron ocasionando la muerte.
De los cinco impactos, tres fueron en la cara y los otros dos en la parte posterior de la cabeza. Los golpes le provocaron graves traumatismos. Algunas versiones apuntaban ayer a que la auxiliar de enfermería intentó defenderse en algún momento y que incluso podría haber llegado a agarrar a su esposo. Sin embargo, esa lucha por salvar la vida no le sirvió de nada, entre otras razones porque él es una persona que roza una estatura de 1,80 metros.
La mujer será enterrada hoy en el cementerio de la parroquia de Fraialde, en el municipio chairego de Pol. La comitiva fúnebre partirá a las doce del tanatorio de Castro Ribeiras de Lea, donde se instaló la capilla ardiente en las últimas horas de la tarde del pasado jueves. En esta localidad es donde residen los padres de Montserrat Labrada.