«En Galicia ha faltado sensibilidad, y en la Xunta, planes urbanísticos», critica Sánchez-Goyanes
GALICIA
«En Galicia ha faltado sensibilidad, y en la Xunta, planes urbanísticos», reprocha Enrique Sánchez-Goyanes, abogado especialista en esta materia. «No se ha invertido en las ordenanzas estéticas, a veces -prosigue- por pobres enfrentamientos partidistas. Ha habido pasividad. Ha fallado el proceso en todos los niveles. La ejecución corresponde a los concellos, pero en la fase de aprobación la Xunta tiene un papel decisivo. Mal puede exigir nada después en lo estético», subraya.
Sánchez-Goyanes cree que la falta de una planificación seria en Galicia ha desembocado «en un modelo muy diseminado sin respeto a la arquitectura tradicional, sin armonía con el entorno. El paisaje gallego, tan valioso, sin protección», concluye. ¿Por qué en Asturias, tan cerca, es distinto? «En Galicia no ha habido responsables políticos con la visión de otros sitios». Ya desde la preautonomía, Asturias tuvo mucha preocupación por organizar el territorio, relata. Y pone un ejemplo: «Una iniciativa significativa fue la institución del premio anual al pueblo más pintoresco, algo inocuo pero que no deja de ser un poderoso incentivo. Es una cuestión de conciencia colectiva».
«Afán especulativo»
Véase el contraste con territorios cuidados como Cantabria o Cornualles, condado inglés «de gran parentesco no solo en lo celta sino en lo morfológico con Fisterra», invita Sánchez-Goyanes. En Galicia han proliferado, denuncia, «procesos de desarrollo urbanístico sin planificar, artificiales, impulsados por afán meramente especulativo. Es más -deplora-, la ley de medidas urgentes sigue permitiendo crear suelos urbanizables por motivos meramente especulativos».
La ley marco estatal venida de las directrices de la UE establece que solo demandas previamente acreditadas sirven para crear suelo urbanizable, razona Sánchez-Goyanes, «y es que el suelo es un recurso natural en sí mismo». Solo demandas objetivas: población, universidad, industria... «Galicia, por contra, sigue obviando este pilar del desarrollo sostenible. A ello se suman concellos técnicamente al borde de la suspensión de pagos, ¿quién pagará el coste de llevar servicios públicos y mantenerlos en estos suelos urbanizables creados sin justificación real?», se pregunta.