La votación en urna gana terreno al envío de las papeletas por correo

La Voz

GALICIA

23 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La intención del Congreso español y la aspiración del Parlamento gallego es la de lograr que la diáspora vote en urna en las oficinas consulares. Hasta 53 países ya cuentan con ese sistema como única herramienta para la participación de sus emigrantes. Aunque hay múltiples variantes.

Francia permite el voto por correo para la elección de los miembros de su Asamblea y en urna en los consulados para las presidenciales, aunque los emigrantes pueden delegar por poderes ese ejercicio. Italia anima a sus residentes en el exterior a votar en su municipio, para lo que paga los gastos de traslado desde la frontera. Portugal echa mano del correo, pero, eso sí, limita el gasto de la publicidad electoral en el exterior, que solo se puede hacer por envíos postales. Holanda usa la misma vía, mientras Suecia, Finlandia, Colombia o Argentina abren sus consulados en el extranjero para que se depositen las papeletas.

Sea cual sea el método para votar, el derecho se pierde en infinidad de países tras un tiempo en el exterior, o si nunca se ha residido en él. Así lo hace Irlanda, que de lo contrario tendría en Estados Unidos más electores que en casa. En Nueva Zelanda se pierde a los tres años, incluso para los extranjeros que pueden votar; en las Islas Cook, a los cuatro; en Australia, a los seis; en Alemania, a los diez; y en Guinea, a los 19.