Ana Colom es coruñesa y lleva tres años estudiando en la Universidad Autónoma de Barcelona. Aunque el número de alumnos de otras comunidades que estudian en Galicia crece cada año, son más los jóvenes gallegos que, como Ana, se van a formar más allá de Pedrafita.
«La movilidad es imprescindible en el proceso de maduración, ya sea al extranjero o a otra comunidad», señala el profesor de la Universidade de Santiago Celso Rodríguez, encargado de la comisión de Espacio Europeo. Ana, que es un ejemplo de esta tendencia, quiso estudiar veterinaria pero en su ciudad natal no disponía de los estudios correspondientes, aunque sí podía cursarlos dentro de la comunidad. «Primero me planteé estudiar en Lugo -explica-, pero al final, puestos a irme fuera de casa, preferí optar por Madrid o Barcelona».
Ana tenía familia en la Ciudad Condal, pero ese no fue el motivo que la impulsó a marcharse, sino la propia Barcelona. Cuando mira al futuro piensa: «Aunque al principio la idea era volver a Galicia cuando acabase la carrera, ahora creo que me daría mucha pena dejar la ciudad». Y matiza: «Pero bueno, iré adonde haya trabajo».