El virulento incendio que en la tarde de ayer se declaró en la cabina de un camión de gran tonelaje que circulaba por la autovía A-52 obligó a cortar durante media hora el tráfico de todo tipo de vehículos en dirección a Benavente, a la altura de la capital ourensana.
El camión afectado por el fuego transportaba una carga de virutas de madera destinada a la planta de Finsa situada en el polígono de San Cibrao das Viñas cuando, a la altura del kilómetro 228, se registró un incendio en el interior de la cabina, probablemente en la parte inferior del asiento del conductor y debido a un cortocircuito o incluso a una pérdida de combustible.
Pese a lo aparatoso del incidente, que provocó una intensa nube de humo negro visible desde varios puntos de la ciudad, el chófer del camión pudo salir a tiempo del habitáculo y avisó de inmediato a los servicios de emergencias.
La proximidad de la base de los bomberos de Ourense al lugar en el que se produjo el incendio -a la altura del Seminario- facilitó la rápida llegada de un camión motobomba y agilizó los trabajos de extinción, de manera que se logró evitar que las llamas se propagasen al remolque y afectasen a la carga que transportaba. Eso sí, la cabina del camión y el motor quedaron carbonizados, ante la impotente mirada de su conductor.
Tampoco se pudo evitar que las llamas se extendiesen a los matorrales de una de las cunetas, aunque el foco pudo ser sofocado rápidamente por los bomberos.
Apertura escalonada
El fuego en el camión, que en la práctica supuso el corte de la principal vía de comunicación entre la comunidad gallega y la provincia de Zamora, obligó a decenas de turismos y camiones a permanecer detenidos mientras los bomberos realizaban las labores de extinción de las llamas, apoyados por agentes de la agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y por miembros del Seprona.
Así, fue necesario que los agentes de Tráfico inutilizasen los dos carriles en dirección a Benavente para que los bomberos pudiesen desplegar su operativo. Durante una media hora ningún vehículo pudo transitar por la vía, aunque a las cinco y media de la tarde se pudo abrir uno de los dos carriles, facilitando así que la enorme retención formada a causa del incendio se fuese diluyendo. Más tarde, otra cabeza tractora tendría que encargarse de trasladar la carga hasta el punto de entrega, lo que provocó que el tráfico no quedase totalmente normalizado hasta horas después.