La Xunta confía en que Meirás sea bien de interés cultural antes de que termine el año

La Voz

GALICIA

02 ago 2008 . Actualizado a las 02:23 h.

La Xunta inició ayer el mecanismo legal para declarar el pazo de Meirás bien de interés cultural. La Consellería de Cultura firmó la resolución de que pone en marcha un proceso que podría culminar antes de que finalice el año, según expresó la conselleira, Ánxela Bugallo. El edificio, propiedad de la familia Franco, reúne las condiciones necesarias para obtener el máximo grado de protección patrimonial, «tanto pola súa singularidade como pola significación cultural e simbólica que adquiriu co paso do tempo», según la Dirección Xeral de Patrimonio.

La consellería encargará ahora un informe a tres organismos consultivos: la Universidade de Santiago, la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora del Rosario y el Consello da Cultura Galega. Estas entidades disponen de un plazo máximo de veinte meses para entregar sus informes, aunque Bugallo explicó que hay «traballo adiantado» por la labor de los técnicos y que lo normal sería no agotar este plazo. Así, Meirás podría estrenar el 2009 como bien de interés cultural con categoría de monumento, una clasificación que conlleva una serie de obligaciones para los propietarios: abrir el edificio al público al menos cuatro días al mes y requerir autorización de la Xunta para realizar cualquier intervención en él.

Bugallo citó como argumentos para la declaración el valor intrínseco del pazo y la relación de la escritora Emilia Pardo Bazán con el edificio, que construyó su familia y en el que redactó parte de su obra y guardó su biblioteca personal.

La familia Franco, a la que se le comunicó ayer el inicio del proceso, según la conselleira, dispone de un mes a partir de la publicación de la resolución en el Diario Oficial de Galicia para presentar alegaciones, que también podrán ser presentadas por cualquier otra persona.

El conjunto está formado por tres torres cuadradas, un piso bajo, una capilla y otras construcciones anexas, además de los jardines y bosques que rodean el pazo, y que cuentan con sus propios elementos decorativos, como cruceiros y fuentes. Las torres se levantaron entre 1893 y 1907 por la familia de Pardo Bazán. Al término de la Guerra Civil la propiedad, ampliada con fincas colindantes, pasó a manos de los Franco.