Un nuevo sentinazo afecta a decenas de aves en las Rías Baixas

Rosa Estévez X. Lombardero

GALICIA

El vertido pudo haberse producido frente a la de Arousa, pero se encontraron pequeñas galletas en varias zonas del litoral sur

18 ene 2008 . Actualizado a las 05:01 h.

En días de temporal, el mar escupe a tierra todo lo que le sobra. Las playas de las Rías Baixas aparecen, entonces, alfombradas con todo tipo de residuos. Tras varios días de viento y marea incesante, diversos arenales y acantilados de la costa sur de Galicia han vuelto a recibir un regalo envenenado: chapapote. Pequeñas galletas de fuel y aves manchadas de negro han sacado del baúl de los recuerdos el aciago nombre del Prestige. Afortunadamente, lo que en esta ocasión está llegando a la costa no es más que un pálido reflejo de aquella tragedia. Según fuentes gubernamentales, los restos que se aprecian en varios puntos de las Rías Baixas podrían haber sido producido por un barco que, mientras circulaba frente a la ría de Arousa, decidió limpiar sus tanques. El rastro de la nave infractora no será fácil de seguir: el temporal ha diluido mucho las pistas.

Si se tratase de un episodio aislado, el sentinazo producido estos días no sería más que un incidente leve. «O malo é que este tipo de prácticas repítense sempre que hai temporal», señalaba ayer Raquel González, vicepresidenta del Colectivo Ecoloxista do Salnés. «Estas limpezas de tanques non sempre son detectadas na costa, pero son moi dañinas», recalca el coordinador del Grupo Ibérico de Aves Marinas, Xulio Valeiras. «Parece imposible parar este tipo de prácticas», sentencia también Cosme Damián Cousido, de la Sociedade Galega de Ornitoloxía.

Todos estos colectivos se han lanzado a comprobar el estado de la costa tras tener noticia del avistamiento de aves manchadas en puntos tan dispares como Corrubedo, Dena, O Grove, A Illa de Arousa o varias playas de la zona de O Morrazo. «Temos detectado un grupo de máis de trinta gaivotas manchadas na zona da Chanca, en Dena», explican los Ecoloxistas do Salnés. Muy cerca de ese punto, en el corazón de la ría de Arousa, los responsables de la cofradía de A Illa se toparon con un par de aves muertas, completamente manchadas de negro.

A pesar de todos esos hallazgos, en la Consellería de Medio Ambiente no tienen constancia de que se haya producido ningún episodio de contaminación relevante. Según informó ayer tarde ese departamento de la Xunta, en el Centro de Recuperación de Aves de Cotorredondo no se ha recibido en los últimos días ni un solo animal petroleado, ni tampoco se han recibido llamadas alertando de su presencia en las playas.