Ferrari soñaba con una resurrección en Barcelona. Y lo suyo más bien fue un entierro. O así lo interpreta Felipe Massa. «El Mundial se acabó para Ferrari y para mí», sentenció ayer tras la carrera. «Brawn ha ganado cuatro de cinco carreras. ¿Cómo puedes luchar contra eso? Aunque mejoremos el coche eso no quiere decir que ganes puntos», añadió.
Kimi Raikkonen se retiró debido a una avería en el sistema hidráulico. El brasileño flirteó con los dominadores del del campeonato en Montmeló, pero la escudería italiana cometió un nuevo error, el enésimo de la presente temporada. Massa tuvo que bajar el ritmo en el último tramo de carrera porque, según le anunciaba su equipo, si llevaba su coche al máximo de su rendimiento no lograría terminar el gran premio. Simplemente porque no tenía gasolina suficiente. El piloto de Ferrari levantó el pie del acelerador y Sebastian Vettel comenzó a pisarle los talones. «¿Qué hago?», preguntaba desesperado a los suyos. Después de hacer de tapón, Ferrari tuvo que rendirse a la evidencia. «Felipe, déjalo pasar», se escuchó en las instrucciones por radio. Pero no solo tuvo que ceder ante el alemán de Red Bull. Massa no podía ahorrar gasolina y detener la sangría en los tiempos. Conducía presionado por la contradicción. Y en la última vuelta fue superado por Fernando Alonso.
No fue un problema de cálculo
Massa explicó después de la carrera que la situación no se debía a un error de cálculo de Ferrari. «No tuvimos ningún problema con los cálculos. Creo que tuvimos un problema con el coche y el repostaje. Pero no sé si se trata de un error mecánico o humano. Necesitamos analizar cuál fue el origen de todo esto. Pero fue muy frustrante acabar así», explicó.
El sudamericano insistió en su pesimismo y reconoció que a su equipo le queda mucho trabajo por delante. «No creo que podamos luchar por el título. Puede que sí estemos en condiciones de hacerlo la próxima temporada. Pero tenemos muchos problemas que resolver. Lo primero es mejorar el monoplaza», señaló.