Urbanismo dictó una orden de ejecución y da ahora tres días a los propietarios para que asuman las obras
15 dic 2010 . Actualizado a las 12:29 h.La falta de mantenimiento de la cubierta y las lluvias de los pasados días provocaron en la madrugada del martes el desplome parcial de la fachada del número siete de la calle Cataluña, en el Ensanche A. Parte de la cubierta se hundió por la acumulación de peso y el muro se vino abajo, arrojando a la calzada numerosos cascotes y escombros, pero no se registraron heridos.
La hora del suceso -las 3.50 horas según el parte policial- y el hecho de que tanto el cuarto piso como el tercero estuviesen deshabitados evitaron daños personales, pero fue preciso desalojar a los dos inquilinos que en ese momento dormían en el primero y en el segundo.
«Como una explosión»
«Mi hijo oyó un estruendo grande, como una explosión de butano», relata M.?I.?P.?O., vecina de este piso que no se encontraba en ese momento en el domicilio ni tampoco una de sus hijas con la que también comparte una vivienda de alquiler que ocupaba desde 1966.
«Miró en el patio pero no vio nada, pero al asomarse a la ventana ya vio los cascotes y la gente asomada y bajó en pijama a la calle», añadió. Al vecino del primero, con dificultades de visión, tuvieron que despertarlo los bomberos, que también se encargaron de rescatar al perro de los residentes del segundo.
Los cascotes provocaron daños a un automóvil estacionado en la calzada, perteneciente a un vecino que vive enfrente del edificio derrumbado.
La Policía Local acordonó la calle, que al cierre de esta edición permanecía cortada. Quedó inhabilitado así el acceso al servicio de urgencias por esta vía, incluido de las ambulancias, que fueron desviadas por un trazado alternativo hacia la entrada del ambulatorio por la plaza de España.
Medidas urgentes
El Concello inició ayer las primeras medidas urgentes para evitar nuevos derrumbes. Consisten en el desmontaje controlado de las dos plantas superiores, que, según explicó el concejal de Urbanismo, Ángel Mato, incluirán la demolición y retirada de las zonas peligrosas del tercero y el cuarto. Incluye el desmontaje de parte de la pared medianera, de la fachada y también de la cubierta.
Los inquilinos desalojados pudieron acceder por la mañana, acompañados por bomberos, a retirar algunas de sus pertenencias. Según relataron, los técnicos les dijeron que no podrán volver a vivir en sus casas. Técnicos municipales examinaron ayer por la mañana el edificio antes de que a las tres se iniciaran los primeros trabajos. Hace solo un mes, personal de Urbanismo ya lo había visitado, por una «incidencia en el interior de la vivienda que no tenía nada que ver» con la que provocó el desplome, aseguró el edil. En aquella visita no se pudo acceder a los pisos deshabitados, pero pese a ello, «ya se percibió que no estaban en buen estado». Por ello, se abrió un expediente y se procedió a la notificación de una orden de ejecución a los propietarios «para que realizasen las tareas de mantenimiento del edificio», que no llegaron a realizarse.
Trabajos por 60.000 euros
Ahora el Concello ha dado tres días a los distintos propietarios -residentes fuera de Galicia- para que se hagan cargo de las obras que ejecuta el Ayuntamiento para garantizar la seguridad y que en total la administración local estima en unos 60.000 euros. Se dividen en dos fases que tendrían una duración aproximada de cuatro días. Si los propietarios no contestan al aviso enviado ayer, el Concello las ejecutará en su totalidad y después repercutirá su coste a los dueños.
La decisión de si el edificio seguirá en pie «les corresponde a los propietarios», puntualizó el concejal. «Tienen dos opciones: solicitar la declaración de ruina, que se valoraría porque según los arquitectos los dos primeros pisos no están en tal mal estado, o proceder directamente a demoler las plantas afectadas», resumió. El Concello cree posible poder reabrir durante la jornada de hoy la calle, tras la ejecución de los trabajos más urgentes, aunque «lo iremos viendo», matizó Mato.