El coche iba a velocidad excesiva y realizó un adelantamiento indebido antes de salirse de la vía
03 may 2010 . Actualizado a las 21:29 h.Los dos jóvenes que viajaban en el coche siniestrado el sábado por la noche en Valón iban sin cinturón. Bajaban hacia Ferrol, a una velocidad excesiva y realizaron un adelantamiento indebido. Después, el conductor perdió el control del vehículo y ambos salieron despedidos. Uno de ellos, de 24 años, murió allí mismo. El otro, de 34, fue ingresado grave en el Arquitecto Marcide, donde ayer evolucionaba bien. Todos estos datos fueron aportados ayer por el equipo de Atestados de la Policía Local de Ferrol que investiga el accidente de tráfico. Les falta un fleco: ¿quién conducía el vehículo? Probablemente se esclarezca en cuanto puedan tomar declaración al herido ingresado en el Marcide.
El fatal accidente con el que acabó un sábado negro en las carreteras de la comarca (a las cuatro de la tarde murió otro hombre en Valdoviño) ocurrió poco antes de las nueve de la noche. Perdió la vida Carlos del Río González y resultó grave Enrique S. del Río, ambos de San Xurxo. El vehículo se salió de la vía y cayó por un talud tras recorrer unos treinta metros.
En esta ocasión, el cinturón no pudo salvarle la vida a Antolín Ronald A.T., de 28 años, que pereció en el accidente de tráfico de Valdoviño, el segundo mortal del año en esa carretera a Cedeira. La víctima, de nacionalidad peruana y residente en Ribeira, viajaba en la parte de atrás de un Nissan Almera. Delante iban dos compatriotas, que resultaron con heridas leves. Los tres llevaban cinturón, según confirmó la Guardia Civil de Tráfico.
Regresaban de Cedeira, de cobrar por un trabajo en el mar. A las 15.45 horas, llegando ya al centro de Valdoviño, el coche invadió el carril contrario, chocó contra el talud de la carretera y volcó en la orilla. El techo se hundió y provocó la muerte de Ronald. Tráfico sostiene que los tres se quedaron dormidos. Además, el conductor dio positivo en la prueba de alcoholemia y fue puesto a disposición judicial.
El cadáver fue enviado ese sábado por la funeraria al depósito de la residencia Arquitecto Marcide a la espera de que la familia se hiciese cargo de él.