Una escuela para pasarlo bien

L.A.N.

FERROL

Medio centenar de niños y mayores aprenden surf en la escuela de Pantín

07 abr 2008 . Actualizado a las 12:03 h.

Es domingo, hace un día espléndido y... hay buenas olas. «¿Qué más se puede pedir?», decían ayer en la playa de Pantín al mediodía mientras medio centenar de niños y mayores compartían sus primeras experiencias sobre una tabla de surf. Son los alumnos de iniciación y perfeccionamiento de la escuela formada hace ya cuatro años en el arenal valdoviñés.

«Este es el primer año que lanzamos la escuela O'Neil-Pantín de invierno», explica Marcos Pita, uno de los responsables. Y no ha habido un solo fin de semana en el que no se hicieran a la mar. «Hasta compramos una furgoneta para desplazarnos si aquí está muy crecido el mar o no hay olas» para la práctica de ese deporte.

De los siete años hasta el infinito. Ese es el baremo de edades sobre las olas de Pantín. Cristina es la alevina del grupo. Algo tímida, reconoce que es su primer año y que se lo pasa de miedo. «Tiene otras actividades, pero esta es la primera para ella», agrega la madre.

Para Cristóbal, de 43 tacos, la cosa es bien distinta. Le entró el gusanillo en septiembre pasado tras apuntar a sus hijos a la escuela. Y lo cierto es que «debe tener bicho o algo, porque engancha», asegura. «Sobre todo», concluye, «lo mejor es reunirse con toda esta banda».

Al salir del agua, bolsa en mano, se pusieron a limpiar la playa en una jornada organizada por la Surfrider Foundation. El objetivo: «Inculcar unos valores y dar un toque de atención a las administraciones», explica Jesús Busto, de esa entidad.