El plan industrial de Navantia abre una crisis entre empresa y sindicatos

X.V.G.

FERROL

Las centrales denuncian que la firma rechaza negociar la mayor parte del proyecto de negocio hasta el 2011

13 dic 2007 . Actualizado a las 03:13 h.

Las conversaciones acerca del plan industrial de Navantia hasta el 2011 entre los sindicatos y la patronal van de mal en peor. Las centrales ya mostraron su rechazo al documento el pasado mes de noviembre, pero ayer las conversaciones se tensaron más al ser presentado el plan al comité intercentros. El proyecto prevé un recorte significativo del sector civil, que sólo podría suponer el 20% de la facturación total, mientras que se impulsaría la construcción de buques militares.

Los desacuerdos ya no son sólo programáticos, también se refieren a las formas. Varios componentes del comité ayer consultados se mostraron indignados por la negativa de la empresa a negociar los diversos aspectos del proyecto. Ramiro González, miembro de la entidad por CC.OO., se mostró muy contrariado por los resultados del encuentro.

«Cuando lo presentaron a las centrales, mi impresión personal fue negativa, pero ayer salí con una opinión todavía peor», afirmó González. «La empresa no quiere tratar la cuestión de las subcontratas, ni la entrada de jóvenes en las plantillas, ni lo referente a turbinas y reparaciones...», agregó.

Critica también la «excesiva centralización» que está aplicando Navantia, que «no ha arrojado buenos resultados» y que «terminan pagando, aún sin tener la culpa», los directores de los diferentes centros.

Eternizar las malas medidas

Para González, el plan «tal y como está planteado no modifica las políticas que han arrojado los peores resultados desde el 2004, es más las perpetúa», por lo que podrían «arruinarse» algunas de las mejoras introducidas desde la reconversión de aquel año «como la desaparición de la deuda financiera».

Pero lo peor para el representante sindical, «es que no quieren negociar nada, o esa es la sensación que han dado. Da la impresión de que el único objetivo de la reunión era presentaron un plan ya cerrado, informarnos y nada más».

Antonio López, de CIG, comparte la mayor parte de la opiniones de González. Aunque entiende que una de las peores noticias es la «conxelación das plantillas pese a carga de traballo que se espera».

La cifra actual de trabajadores «non chega para cubrir todos os novos encargos», pero no por eso, señala, está previsto ampliar el número de empleados.

Está previsto que la próxima semana, o después de las Navidades, el comité se reúna para estudiar las medidas a seguir. Ramiro González advierte que «si la postura de la empresa no cambia, ha llegado el momento de que movamos ficha».

El presidente del comité intercentros no sería partidario, al menos inicialmente, de medidas de presión «con conflictividad», ya que «estamos en un momento importante por los nuevos contratos, y sólo actuaríamos de esa forma si nos abocan a hacerlo».

Ahora bien, las primeras medidas pasarían «por entrar en contacto y buscar el respaldo» de los partidos políticos y otras entidades. Sólo como último recurso comenzarían las posibles medidas de presión.