Pretende que sea la dirigente la que tome la iniciativa si acepta recibir a cambio una vicesecretaría
31 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Mariano Rajoy eligió Cataluña para invitar a Esperanza Aguirre a integrar su equipo y formar parte de la nueva dirección del PP, probablemente, como vicesecretaria general. Pero el candidato a la reelección le puso condiciones a su principal crítica dentro del partido al dejar claro que tendrá que pedir su incorporación y asumir su proyecto político, basado en el carácter reformista del PP. Frente a la continuidad que propugna Aguirre, insistió en la necesaria adaptación del PP a la realidad de la nueva legislatura y expresó una voluntad de diálogo con otras fuerzas que no incluye, en las actuales circunstancias, un acuerdo con el PNV, inmerso «en una deriva suicida».
«A mí me gustaría contar con ella», confesó Rajoy en referencia a la presidenta madrileña. «Si ella quiere», apostilló para dejar patente que la integración de la dirigente díscola depende de su propia voluntad. «Yo quiero integrar a todo el mundo -añadió Rajoy en declaraciones a Catalunya Radio-, pero también quiero que el partido se adapte a la realidad, quiero un partido reformista, que sea lo contrario a una estatua de sal». En el «pero» están implícitas las condiciones que debe cumplir Aguirre y que pasan por asumir el discurso con el que el candidato se presentará a la reelección en el congreso de Valencia.
Las discrepancias entre Rajoy y Aguirre sobre la deriva táctica que debe asumir el PP en esta legislatura se pusieron de manifiesto el pasado martes, cuando ambos confrontaron sus discursos en una cena con militantes celebrada en San Sebastián de los Reyes. La presidente de Madrid se alineó con las posiciones de María San Gil y apeló a la defensa de los principios y las ideas para apostar por la continuidad de la misma política de oposición que el partido mantuvo en la pasada legislatura. El líder del PP le llevó la contraria y defendió un partido situado en la centralidad, capaz de renunciar a la crítica para adecuarse a una realidad cambiante y dispuesto a entenderse con otras fuerzas políticas, todo lo cual consideró compatible con la defensa de los principios ideológicos de la organización que ambos comparten.
Fuentes cercanas a la presidenta de Madrid recibieron con desconfianza y disgusto la oferta del presidente popular y lo interpretaron como un brindis al sol. «¿Qué condiciones les ha puesto a los otros?», se preguntaba esta fuente del PP madrileño al recordar los términos bien distintos con los que Rajoy anunció que contaría en su equipo de dirección con Alberto Ruiz-Gallardón y Esteban González Pons. «A nadie les ha puesto condiciones y si se las pone a ella es que no hay tal oferta», concluyó.
Aunque Aguirre es miembro nato del comité ejecutivo del partido, en su condición de presidenta autonómica, en medios allegados a Rajoy se interpretaron sus palabras como una invitación en firme para ocupar un puesto de responsabilidad dentro de la nueva dirección. Explicaron que, si quisiera, Aguirre podría convertirse en vicesecretaria, con el mismo rango que se supone que asumirá Gallardón. Explican que, con esta evidente intención, el líder del PP recordó su deseo de recuperar las vicesecretarías, que podrían ser tres o cuatro, dependiendo de si Aguirre acepta.
Pese a todo, en los sectores críticos no ha hecho mella la propuesta del líder al ser considerada como una simple muestra de «buena voluntad de integración, pero vacía de contenido».