La economía sumergida alcanzó en España el 20% del PIB en el 2009

César Calvar MADRID/COLPISA.

ECONOMÍA

La construcción, con un fraude fiscal estimado de 40.000 millones, es el sector más conflictivo

15 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La economía sumergida, eufemismo utilizado para denominar el fraude fiscal, alcanzó en España en el 2009 un volumen de 205.000 millones de euros, equivalente al 20% del PIB, según explica un informe elaborado por la consultora A. T. Kearney y la compañía de tarjetas de crédito Visa Europa. La actividad irregular en España es, según sus cálculos, cinco puntos porcentuales superior a la media de Europa Occidental. En términos brutos -es decir, en euros totales no declarados- España ocupa el cuarto lugar por detrás de Alemania, Italia y Francia.

El dictamen detalla que la actividad fraudulenta consiste sobre todo en trabajo y ventas no declaradas. Por sectores, los que registran mayores niveles de evasión de impuestos son la construcción (cuya actividad opaca generó 40.000 millones en el 2009), los profesionales autónomos (29.000 millones), el comercio (23.000), el sector inmobiliario (19.000), los hoteles y restaurantes (17.000), el transporte (12.000), la sanidad y servicios sociales (8.000), los profesionales liberales (4.000) y la agricultura (3.000).? El estudio identifica algunos factores que «favorecen» la existencia de economía sumergida. Destaca un nivel de impuestos que califica de «relativamente alto» comparado con el resto de Europa y «el peso de la seguridad social».

Pymes y billetes de 500

También ayudarían a agrandar el fraude el gran número de compraventas entre empresas pequeñas y medianas y el elevado volumen de transacciones en efectivo con billetes de 500 euros (entre 2002 y 2007 se multiplicaron por diez). Por último, señala como posibles causas la escasez de recursos del Estado para luchar contra el fraude y la excesiva tolerancia de la sociedad ante ese fenómeno.

La única receta contra este mal que propone el informe es fomentar los medios de pago electrónicos, porque eso permitiría controlar mejor las ventas a consumidores o entre empresas. Según sus estimaciones, un incremento del 10% de los pagos mediante tarjetas o transferencias reduciría un 5% la economía en negro.

Comercios minoristas

Los autores del estudio acusan a los comercios minoristas -sobre todo de automóviles y repuestos-, bares, comedores, taxis y otros transportes y alojamientos de bajo coste de concentrar la mayoría de ventas no declaradas. Calculan que atacar esas prácticas reduciría la economía sumergida en 23.600 millones (un 11,5% del total).