Definitivamente, Irlanda se enfrenta a una crisis de liquidez que podría derivar en una crisis de solvencia. Necesita ayuda. En un problema así, esa ayuda significa medidas de emergencia a corto (básicamente, tener efectivo) y a largo plazo (financiación) para resolver sus problemas estructurales. Y necesitan financiación a una escala enorme. A su vez, hay un problema de confianza, y se está retirando el dinero del sistema por quienes están presa del nerviosismo.
Estas dificultades se convertirán en un grave problema para el Estado irlandés el próximo año, pues ya ha declarado que garantizará casi todo el pasivo de su sistema bancario. El BCE, la Unión y el FMI están todos en disposición de ayudar. No obstante, va a resultar difícil negociar la carga que el pueblo irlandés deberá asumir en esta fase de emergencia.
¿Qué es lo que puede ir mal? Las condiciones de los prestamistas, una austeridad forzosa y renunciar a parte de la soberanía son medidas dolorosas para cualquier país. Pero más en el caso irlandés por su historia como nación que ha luchado por su autogobierno. Aunque posiblemente Irlanda pueda decir que no necesita ayuda si renuncia a garantizar su sistema bancario, copiar esa medida, que se aplicó en Islandia, podría causar más pérdidas y caos en el extranjero que en casa. En cambio, una negociación exitosa con esos organismos internacionales puede llevar a compartir la carga económica.
El principal problema en esas negociaciones girará en torno a los atractivos bajos impuestos de Irlanda, que animan la inversión. Esto es una ventaja para Irlanda, que se perciben como injusta otros miembros del mercado común europeo, porque se lleva trabajos e impuestos, sean multinacionales o estrellas del pop. No obstante, esto es una ventaja crucial para Irlanda. Y si renunciase a ella, el país perdería una de sus ventajas a largo plazo.
A corto plazo, esperamos que los políticos y los financieros puedan reunirse para resolver el problema de liquidez, pero yo tengo dificultades para advertir como, con el tiempo, toda la deuda bancaria irlandesa puede llegar a pagarse, y como ser miembros de la moneda única puede llegar a ser beneficioso para la economía irlandesa.