EE.UU. frena su crecimiento mientras su banco central dice estar listo para nuevas medidas
ECONOMÍA
Su economía repuntó un 1,6% entre abril y junio, ocho décimas menos de lo previsto
28 ago 2010 . Actualizado a las 03:03 h.El Gobierno estadounidense hizo público ayer el dato del crecimiento de su economía en el segundo trimestre que, como esperaban los mercados, fue más bajo de lo previsto. Entre abril y junio, la economía estadounidense creció un 1,6%, frente al 2,4% previsto por el departamento de Comercio y al 3,7% que registró en el primer trimestre del año. Con todo, en una semana marcada por las malas noticias económicas procedentes del país, esta no provocó la reacción de los mercados, que esperaban una rebaja hasta el entorno de entre el 1,2 y 1,3%.
Además, ese repunte de la actividad contiene otra buena noticia. Y es que el gasto de los consumidores, que representa el 70% de ese crecimiento, aumentó un 2%, cuando se esperaba que solo llegara al 1,6%. Quizá fueron estas matizaciones optimistas de una mala cifra lo que consiguió que la Bolsa neoyorquina abriera ayer al alza y siguiera subiendo durante el primer tramo de la sesión.
Pero aun así, un crecimiento económico trimestral del 1,6% significa, como afirmaban ayer los expertos que analizaban la situación norteamericana, que aunque la economía estadounidense crece, desde hace unos meses lo hace a paso de tortuga. Y, según todos los análisis, así seguirá durante lo que queda de año. El problema es que, después de una crisis como la que ha sufrido la economía estadounidense, un crecimiento tan tenue no sirve para crear empleo, para lo que son necesarias tasas por encima del 3%. Por ello, el temor es que el desempleo, que ya afecta al 9,5% de la población activa, siga aumentando, lo que a su vez ralentizaría el consumo privado, eje de la recuperación.
Para despejar el temor de los mercados a una recaída de la primera economía del mundo, el presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Ben Bernanke, aseguró ayer que espera que Estados Unidos siga creciendo aunque sea a un ritmo lento, pero se mostró dispuesto a adoptar medidas extraordinarias en el caso de que «el panorama se deteriorara significativamente».
Pero con los intereses prácticamente a tipo cero desde hace meses, el banco central estadounidense no tiene margen de maniobra en ese terreno. Lo único que podría hacer, y a eso es a lo que se refirió Bernanke ayer, es comprar nuevamente deuda pública y, de esa manera, inyectar dinero en la economía. «La Reserva Federal tiene numerosas herramientas para dar un estímulo adicional», tranquilizó Bernanke.
El presidente de la Fed justificó la ralentización del crecimiento por la contención del gasto de los hogares y del mercado inmobiliario, que en los últimos meses ha caído a sus registros históricos más bajos. Aun así, mostró un moderado optimismo sobre el crecimiento a partir del próximo año y apuntó que por el momento no observa riesgo de «aumento indeseable de la inflación ni de deflación».