Merluza: la crisis de la abundancia

E. Abuín REDACCIÓN/LA VOZ.

ECONOMÍA

La flota dice que hay tanto recurso que es imposible pescar solo 20 kilos, cantidad que tampoco da para vivir

02 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La de la merluza es una crisis atípica. Deriva de la abundancia y no de la escasez. «Hay tanta merluza que non fai falta nin aparello, sáltache á cuberta», señalan desde el sector. Precisamente esa copiosidad ha hecho que la cuota concedida a España por Bruselas para todo el 2010 casi se hubiese agotado en mayo pasado.

Desde entonces, la flota ha venido economizando al máximo para hacer rendir hasta diciembre ese 20% del tope que aún no había consumido hace dos meses. Y más que ejercicios de ahorro, lo que hace la flota son auténticos malabarismos: «Xa me dirán como pode un barco sosterse pescando só cen kilos de pescada á semana». Desde luego, Genaro Amigo, presidente de la Federación Española de Cofradías y máximo responsable de los pósitos coruñeses, no sabe hacerlo. Su barco volantero, el Eugenio Tercero , está amarrado desde hace días en el puerto de Malpica, donde tiene su base, y sus seis marineros se han ido al paro.

Con la cotización de la merluza por debajo de los tres euros de media (2,72 euros), «é imposible rentabilizar o barco», explica Amigo. Desde luego, 300 euros no llegan para cubrir gastos, «nin para a Seguridade Social». Según dice, con salir el lunes al mar ya se captura toda la cuota, «e o resto da semana ¿que?, ¿tirar o que pescas? É un sinsentido». Por eso ha optado por amarrar. Porque solo podría sacar beneficio de la actividad extractiva incumpliendo el cupo y, «para andar coma un delincuente, non traballo». Es presidente de las cofradías coruñesas y españolas, tiene una responsabilidad, no puede arriesgarse a infringir la ley. «Mira ao patrón maior de Camariñas, por uns quilos de merluza de máis ata saíu no periódico».

Por eso ha optado por el amarre. «Así non gano nada, pero tampouco gasto», señala. Y, de paso, evita problemas. Más amarres

El Eugenio Tercero no es, desde luego, la única víctima de la crisis de la merluza. Mercedes Rodríguez, gerente de la Organización de Productores de Lugo, hizo el fin de semana pasado recuento de las unidades de su organización que han apostado por el amarre. «Hai tres ou catro palangreiros de fondo amarrados, e outros que tiveron que buscar unha alternativa».

En esa diversificación, la costera del bonito ha sido la tabla de salvación para la mayoría de los volanteros. Como la bertorella y el congrio lo están siendo para el palangre de fondo y otras artes de anzuelo.

El arrastre prefiere no hacer comentarios sobre la merluza y el cupo. Se sabe señalado con el dedo por parte de las demás artes, que acusan a esta modalidad pesquera de haber contribuido más que las otras a agotar la cuota de forma precipitada, como ocurrió con el caso de la caballa, que también se cerró de forma abrupta en marzo de este año.

Los representantes de este segmento de flota se defienden explicando que no hacen una pesquería dirigida a la merluza, sino que es una de las muchas especies que entran en el copo. Ahora bien, cuando entra, entra mucha, dicen los de artes menores. Lo demuestran citando el caso de un arrastrero de A Coruña expedientado porque «tiña anotados 50 quilos de merluza no libro cando levaba 5.000 a bordo».?

Burlar la vigilancia

Y es que con la boca pequeña todos dicen que el que más y el que menos hace trampas. Intentan burlar la vigilancia porque «é un sinsentido ter que tirar ao mar o peixe morto».

Sector y Administración buscan fórmulas para que lo que ha ocurrido este año con la merluza no vuelva a suceder el año que viene. Pero la flota cree que la crisis se ha cerrado en falso en este ejercicio. Lo de los 20 kilos por día es insostenible. Y aguantar así hasta diciembre, una quimera, cuando están pescando merluza «ata os deportivos dende o muelle», asegura Juan Manuel Fachal, patrón mayor de Cariño.