El Ejecutivo acusa a la UE de usar un doble rasero, y a Italia, Francia y Bélgica de falsear también sus cuentas
25 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.La huelga general de 24 horas convocada por las grandes centrales sindicales griega contra los profundos recortes anunciados por el Gobierno del socialista Yorgos Papandreu para sacar al país de una crisis financiera y presupuestaria sin precedentes paralizó ayer el país heleno. En total, más de dos millones de trabajadores ?-la mitad de la fuerza laboral de Grecia-, adscritos a la Confederación General de Trabajadores de Grecia y la Unión de Funcionarios Civiles estaban llamados a secundar el paro.
Con los puertos -vitales para la conexión entre las islas- y el espacio aéreo -se cancelaron unos 400 vuelos- cerrados a cal y canto, y los ferrocarriles en servicios mínimos, solo funcionaron algunas líneas de autobús y de metro con el objetivo de allanar el camino a la participación en las manifestaciones. Un seguimiento que, como siempre, arrojó cifras muy dispares dependiendo de la fuentes. Para los sindicatos fue del 80% y para el Gobierno, de solo el 16%.
Hospitales a medio gas
Sea como fuere, lo cierto es que colegios, institutos, universidades, organismos oficiales y tribunales mantuvieron ayer sus puertas cerradas en Grecia, mientras que bancos, hospitales y grandes empresas del sector público funcionaron a medio gas . Incluso los periodistas y los técnicos de televisión se sumaron a la protesta, lo que se tradujo en un apagón informativo de 24 horas. La Bolsa de Atenas fue una de las pocas cosas que funcionaron ayer con normalidad en la capital griega, no así la Acrópolis y el resto de los monumentos arqueológicos del país, que no abrieron sus puertas.
La manifestación más numerosa fue la que recorrió las calles de Atenas, en la que, según cálculos de la policía, se congregaron unas 30.000 personas, el doble, de acuerdo con las cifras de los sindicatos. A ellas habría que sumar los 15.000 que acudieron a la llamada del sindicato comunista Pame, que prefirió realizar la protesta en solitario. «La crisis, que la paguen los ricos», «Huelga contra los especuladores» y «Los hombres y sus necesidades están por encima de los mercados y de los beneficios», son algunas de las frases que portaban los manifestantes en sus pancartas. Al término de la concentración de Atenas, ante el edificio del Parlamento, se produjeron una serie de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y algunos manifestantes, después de que un grupo de encapuchados lanzaran piedras y cócteles molotov contra los agentes de policía, que respondieron al ataque con gases lacrimógenos.
También hubo movilizaciones en Salónica, la segunda ciudad más importante de la república helena, donde, según cifras de la policía, participaron unas 7.000 personas.
Detrás de la huelga general está el severísimo plan de ajuste que le ha impuesto la Comisión Europea al Gobierno griego, cuyo cumplimiento vigilarán muy de cerca las autoridades comunitarias, y que pasa por la reducción del galopante déficit público -ahora en el 12,7%-, a razón de cuatro puntos porcentuales por año hasta el 2013, y de la descomunal deuda del Estado heleno (300.000 millones de euros).
Para alcanzar este, cuanto menos, ambicioso objetivo, el Ejecutivo de Papandreu ha puesto sobre la mesa medidas que incluyen recortes en los sueldos de los funcionarios, el incremento de la edad de jubilación, subidas de impuestos y un importante tijeretazo en el gasto público. Y, a pesar de las protestas de ayer, los sondeos revelan que más del 60% de los griegos apoyan las medidas de austeridad. Según los resultados de la última encuesta, publicados el domingo, el 75% desean que se mantenga la paz social hasta que se solucione la crisis.
Ataque a la UE
Mientras tanto, el vicepresidente del Gobierno griego, Theodoros Pangalos, acusó ayer a la Unión Europea de falta de liderazgo y de utilizar distintas varas de medir, dependiendo de cuál sea el país que tiene problemas con sus finanzas públicas. Reforzó sus críticas argumentando que Italia, Francia y Bélgica también falsearon sus cuentas para entrar en el euro. «Simplemente pones una cantidad de dinero en el balance del siguiente año... es algo que ha hecho todo el mundo y Grecia no ha llegado tan lejos como, por ejemplo, Italia», dijo. Pangalos no se quedó ahí y cargó también contra Alemania asegurando que no tiene legitimidad para criticar a Grecia después de haberla ocupado en la Segunda Guerra Mundial y de haber robado el oro del banco central.