Ante un 2010 que se presenta duro en materia económica, las grandes ciudades gallegas han optado mayoritariamente por congelar las tasas, en contra de lo que hicieron doce meses atrás, cuando -pese a que la recesión era ya un hecho- introdujeron subidas de entre el 3 y el 4%, a excepción de Pontevedra, en un intento de paliar la sequía de ingresos, especialmente de los procedentes del sector de la construcción, con los que mantener los servicios. En esta ocasión la estrategia adoptada es la de no penalizar a los usuarios
En lo que respecta a servicios básicos, como el agua, Santiago y Ourense también mantienen invariables sus precios, igual que A Coruña, que solo incrementará un 1,5% a los grandes consumidores. Pontevedra, por su parte, revisará los precios con el IPC, mientras que Lugo -que acaba de modificar el sistema de tarificación- los bajará para quienes menos consuman.
Una situación similar se da en los autobuses urbanos, ya que Lugo, Santiago, Ourense, Ferrol y Pontevedra congelan sus tarifas, que subirán tres céntimos en A Coruña. Para quienes opten por viajar en taxi, los precios tampoco se modificarán en Lugo y Pontevedra, mientras que en Santiago la bajada de bandera subirá 5 céntimos, un 1,5% en A Coruña y el doble en Ferrol.