El quinto congreso de la Central Intersindical Galega (CIG) arrancó ayer en Santiago con un encendido debate entre las corrientes minoritarias y la línea oficial y dominante de Xesús Seixo sobre la relación que debe tener la organización con el Bloque Nacionalista Galego (BNG). Representantes del Movemento Pola Base, una corriente nacida durante la pasada legislatura por la falta de crítica del sindicato a los consellerías del BNG en la Xunta, lanzaron ayer duras críticas al actual secretario xeral, al entender que la UPG -partido hegemónico en el Bloque y al que pertenecen los cuadros que controlan el sindicato- había dirigido la estrategia sindical en asuntos clave que afectaban a consellerías nacionalistas.
El más crítico fue Paulo Rubido -que forma parte del Movemento Pola Base y que va en la candidatura que lidera Fran Cartelle-, quien recordó que el BNG ha recurrido a las mismas estrategias neoliberales y privatizadoras del PP con iniciativas como Sogaserso, Seaga o el Bantegal, sin que el sindicato, como siempre había hecho, llevase a cabo una respuesta contundente. «Houbo razóns para convocar unha folga xeral, se tiña que ter feito ao final da pasada lexislatura, co bipartito», proclamó.
Sectores de Ferrol también criticaron con dureza a Seixo por haber antepuesto las consignas del departamento de Fernando Blanco -entonces conselleiro de Industria y miembro también de la UPG- a los intereses de los trabajadores de la comarca.
El actual secretario xeral, que tiene todas las papeletas de ser reelegido hoy, acusó a los críticos de vender una falsa imagen de falta de pluralismo. Y puso como ejemplo que a este quinto congreso se presentan cuatro candidaturas. «Algúns equívocaronse de sitio, veñen aquí a falar do Bloque e non da CIG», respondió.
Seixo negó que se silenciaran críticas al bipartito y que se urdiese una estrategia para proteger a las consellerías en manos del BNG. El secretario xeral expuso el abandono de las mesas de diálogo social y de los acuerdos por el empleo como ejemplo de que la CIG fue contestataria con las políticas que consideraba inútiles o lesivas contra la clase trabajadora. Sin embargo, las corrientes minoritarias y críticas de la CIG advierten de que ese acento crítico siempre estuvo dirigido contra las consellerías socialistas. En el turno de intervenciones sobre el informe de gestión (aprobado por el 70% de los congresista), Seixo contó con el apoyo incondicional de Paulo Carril y Anxo Louzao (miembros como él de la UPG). «Eu non esquezo que a CIG, como o Bloque, forman parte do movemento nacionalista», dijo el último.
Hoy, las votaciones
Las corrientes minoritarias críticas con el actual secretario xeral silenciaron durante sus intervenciones uno de los aspectos más trascendentales de la última etapa de Seixo: el fuerte crecimiento en afiliación y representación del movimiento sindical nacionalista, que desbancó a Comisiones Obreras como segunda fuerza en Galicia a finales del 2007.
Xesús Seixo cuenta ahora con el apoyo de Ramiro Oubiña y Antolín Alcántara -escindidos del Movemento pola Base-, que ven con buenos ojos un endurecimiento de la estrategia sindical con el PP en la Xunta. El respaldo de la UPG a la candidatura de Seixo garantiza hoy su reelección. Tras ella, empezará a hablarse de una huelga general.