Quiere el Gobierno cerrar el primer mes del verano con el plan de reforma del sector financiero encarrilado. Bajo las siglas FROB (Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria), el plan del Ministerio de Economía está a punto, aunque presenta varias lagunas, sobre todo en lo que respecta al reparto de competencias entre Gobierno, Banco de España y comunidades autónomas en un asunto tan sensible como las cajas de ahorros.
El plan primará la concentración bancaria, según las fuentes consultadas. El propio Ejecutivo reconoce que la solución que alentará será la fusión o integración en el ámbito privado. Pero no siempre será posible. El Gobierno estructura la hoja de ruta del plan desde la salida ideal hasta la más traumática, y para ello está dispuesto a habilitar 9.000 millones de euros de entrada. El fondo podría llegar hasta los 90.000 millones para que el Gobierno entre en el capital de bancos y cajas.
1
Fusiones o integraciones, la salida deseable
Es el escenario ideal que plantea el Gobierno, sobre todo para evitar soluciones traumáticas para entidades, especialmente en el caso de cajas. Por ello, el Ejecutivo está dispuesto a eliminar el veto de los Gobiernos autónomos ante uniones entre firmas de diferentes comunidades. Entiende que la unión de cajas de dos comunidades puede evitar solapamiento de oficinas -que obligaría a despidos y cierres- y resultar más operativo al presentarse cajas más fuertes. La idea ya ha contado con el rechazo de comunidades como Cataluña o Andalucía, y ayer mismo el Ministerio de Economía admitía que la solución solo se daría si se interviene una caja. «Ahí una comunidad poco tendría que decir, porque se trataría de garantizar la viabilidad de la firma y los ahorros de los contribuyentes», justifican desde Madrid.
2
Intervención del fondo genérico de bancos y cajas
Otra vía poco traumática, que supondría desembolso de dinero que han ido aportando cajas y bancos para ayudar a una entidad.
3
Intervención y entrada del Banco de España
Es la vía para la que se ha planificado el FROB. Una entidad en situación difícil puede pedir auxilio al fondo y, a partir de ahí, se presentarían varios escenarios. Uno pasa por la presentación de un plan de viabilidad que tutelaría el Banco de España e, indirectamente, el Gobierno; pasado un tiempo, se medirían los resultados. Pero puede haber una salida más compleja: la intervención y destitución del equipo dirigente. La Administración central entraría directamente en el capital de bancos o cajas a través de dos vías: acciones preferentes (que refuerzan la solvencia y el capital de la entidad, pero sin voz en el consejo) o cuotas participativas con derechos políticos. Esta última salida está pensada para las cajas de ahorros, que se muestran partidarias de esa vía, aunque ello supusiera permitir la entrada de terceros y dejar la puerta abierta a la privatización. Los bancos, por ahora, no parecen interesados en entrar a comprar.