La Xunta logra que los sindicatos y la patronal se sienten el lunes a limar la diferencia salarial que bloquea el convenio

Miguel Á. Rodríguez

ECONOMÍA

14 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Cara o cruz para el convenio del metal. La Consellería de Traballo comunicó ayer que patronal y sindicatos volverán a sentarse el lunes para tratar de cerrar el polémico documento que lleva más de un mes atascado. El pasado jueves, tras 30 horas de negociación, los sindicatos se levantaron y convocaron una huelga general en el sector que afectó el viernes a las 120 empresas del metal con convenio propio, inicialmente ajenas a este conflicto. Las consecuencias fueron graves en el sector naval, que paró por completo esa jornada, y también en la automoción (Citroën dejó de producir 400 coches de los 1.600 que debía haber fabricado).

Ayer, la Xunta apelaba al «esfuerzo de todas las partes» para «evitar más pérdidas en sectores estratégicos». A la reunión del lunes asistirá el presidente del Consello de Relacións Laborais, Demetrio Fernández, y el jefe de Inspección, José María Casas de Ron.

Hay acuerdo sobre la vigencia del convenio (dos años) y la jornada laboral (se ganan cuatro descansos al año). Pero no sobre el salario. La patronal ofrece un 2% para el 2009 y el IPC real más un 0,5% para el 2010. Los sindicatos aceptan este año pero quieren mejorar el 2010.

El coste de la huelga

Las cuatro semanas largas de conflicto han dañado especialmente a los astilleros de Vigo. La patronal admite que se han perdido seis contratos de reparación de otros tantos buques que fueron desviados a Santander y Las Palmas. Y se han dejado de contratar al menos dos barcos nuevos con armadores noruegos. A estos efectos prácticos de la huelga se suma el retraso acumulado en las gradas de algunas de las principales firmas del sector, que hará difícil cumplir plazos de entrega y podría generar penalizaciones.

En total, el sector estima que las protestas han costado cerca de 200 millones de euros y, lo que es todavía peor, la pérdida de clientes. Los astilleros de Vigo no firman nuevos buques desde hace un año y medio. La actual cartera de trabajo se agotará a mediados del 2010. «Si ahora no se logran nuevos contratos, se avecina otra crisis a medio plazo en el sector y habrá despidos», denunciaba ayer un empresario vigués.

En la planta de Citroën se confía en que el paro del viernes y la imagen de conflictividad laboral no afecte a los proyectos que el recién aterrizado presidente de PSA, Philippe Varin, diseña en París estos días para las fábricas europeas del grupo.

La CEP no lo entiende

El presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, Fernández Alvariño, recordó ayer que los huelguistas ya han perdido «al menos 100 euros más de lo que reclaman en la negociación». «La subida que proponen suma 400 euros al año, y solo en la nómina de mayo han perdido 500 con los paros». Pidió «sentido común» para llegar a un acuerdo y un replanteamiento del sector. En su opinión, la conflictividad está afectando a concesionarios de coches, instaladores eléctricos y talleres mecánicos, «y eso no debe continuar». Sospecha que la renovación interna de la CIG y el cambio en la Xunta hayan «alimentado» las protestas.