Una de las peculiaridades del sistema español de pensiones públicas es que su tasa de sustitución (el porcentaje sobre su último sueldo que percibe como pensión un trabajador cuando se jubila) es de las más elevadas de la OCDE, con el 80% del salario. En tasas similares se mueven Grecia y Luxemburgo.
Frente a ello y dado que las cotizaciones a la Seguridad Social en España son muy bajas, las pensiones que se perciben son menores que las de los países del entorno. Ambas circunstancias deberán modificarse en el futuro, según ha señalado el presidente de Inverco, Mariano Rabadán, quien asegura que los trabajadores que ahora estrenan la treintena percibirán en el futuro pensiones que no superarán la mitad de su último sueldo, que es la media de los países de la OCDE: concretamente el 48%.
Ante esta situación, Rabadán subraya que tener un plan paralelo de ahorro con el que complementar la pensión pública será fundamental, por lo que apunta que hay que «empujar» a las empresas para que constituyan planes de pensiones para sus empleados, ya que actualmente los activos del sistema individual (49.000 millones de euros) casi doblan a los de los auspiciados por las empresas (28.500 millones), con 8,6 millones y 1,8 millones de partícipes, respectivamente.
Perfil conservador
Según datos de la OCDE, corroborados por las cifras que facilita Inverco, los fondos de pensiones españoles ofrecieron el año pasado una rentabilidad media negativa cercana al 7%, una pérdida que, sin embargo, es muy inferior a las registradas en otros países, como Irlanda (-30%), Estados Unidos (-22%) o la media de la OCDE (-18%).
Para Rabadán, esto lo explica el perfil conservador del inversor español, que opta por modalidades de menor riesgo (renta fija frente a mixta o variable) y que se traduce en caídas más moderadas en tiempos de crisis, pero también en recuperaciones más lentas y menos cuantiosas en época de bonanza, al son de los mercados.
En cualquier caso, según el presidente de Inverco, a la hora de planificar su ahorro financiero, las familias españolas siguen optando mayoritariamente por los depósitos, seguidos de la inversión directa, los fondos y los seguros. Los planes de pensiones estarían en el quinto puesto.