El gigante electrónico y de electrodomésticos japonés Panasonic anunció ayer la supresión de 15.000 empleos en todo el mundo y el cierre de 27 fábricas ante la grave situación financiera por la que atraviesa como consecuencia de la crisis. El grupo prevé una pérdida neta anual de más de 3.800 millones de dólares (unos 2.965 millones de euros), una proyección que contrasta con su expectativa de obtener unos beneficios casi equivalentes cuando empezó su año presupuestario, en abril del 2008.
Esta situación, aseguró Panasonic, obligará a tomar medidas drásticas, hasta el punto de que deberá echar el cerrojo a sus actividades deficitarias desde hace tres años. La mitad del recorte de puestos de trabajo se llevará a cabo en el extranjero, según Makoto Uenoyama, uno de los máximos ejecutivos de la compañía.
Compra de Sanyo
La debacle de los resultados de Panasonic, que no obstante conserva intactos los planes de compra de su compatriota Sanyo para reforzarse en sectores punteros como la energía solar, pone fin a un período dorado marcado por una sólida rentabilidad. Los años de bonanza ya fueron el resultado de un gran esfuerzo para deshacerse de muchas de sus actividades, después de la terrible década de los noventa que vivieron las firmas niponas.