Las asociaciones de clientes exigen que el juez suspenda todos los pagos y denuncian que no se trabaja en Miño
ECONOMÍA
Las asociaciones de clientes de Martinsa-Fadesa reciben con pesimismo las noticias sobre la evolución de las obras en las distintas promociones. De hecho, la agrupación gallega de Adicae anunció ayer a La Voz que hoy mismo solicitará al juez que lleva el concurso de acreedores, Pablo González-Carreró Fojón, que adopte una serie de medidas cautelares para que se paralicen todos los pagos de los compradores de viviendas.
Adicae teme que las cantidades que las familias siguen abonando a la promotora en suspensión de pagos terminen finalmente en la masa del concurso y no se destinen de forma directa a la finalización de las viviendas. Es más, exigirán que se habilite una cuenta depósito donde los clientes puedan pagar con garantías sus letras.
Asimismo, recuerdan que muchas de las personas que están haciendo efectivas las cuotas pactadas no tienen aval bancario, o bien este ha caducado o está a punto de hacerlo. Esta entidad recuerda que en A Coruña representa a un centenar de compradores de la macrourbanización de 1.300 casas que se construye en el municipio de Miño: «De las 50 personas que tienen aval, la mitad está caducado, por lo que carece de valor», alertan.
Los representantes de los clientes temen que la medida de pedir a algunos compradores que dejen de pagar esconde una estrategia para evitar reclamaciones futuras de dinero o casas que saben, a priori, que no podrán facilitar. Por esta razón, exigirán a las autoridades judiciales que detallen en qué fase se va resolver el futuro de las promociones inacabadas.
Obra parada por la lluvia
Adicae denuncia que, en contra de lo que anunció la promotora, nadie trabaja en los cerca de 400 chalés de Miño que están sin terminar. En este sentido, portavoces de la Martinsa-Fadesa reconocieron ayer desde Madrid que la lluvia ha complicado la evolución de las obras en los últimos días, pero que se retomarán cuanto antes.
Además, recuerdan que, en algunos casos, el reinicio de los trabajos conlleva una serie de gestiones previas, como la provisión de materiales, por lo que el anuncio de las reanudación de no se refleja de forma inmediata con el envío de obreros a las construcciones. «Se trata de un regreso paulatino al discurrir habitual de los trabajos», matizaron los citados portavoces de la compañía, que, no obstante, sostienen que las casas de Miño se acabarán.