El empresario ourensano Adolfo Domínguez reunió a los trabajadores de sus fábricas la semana pasada y les planteó la posibilidad de congelar sus sueldos para afrontar la crisis económica, que está teniendo consecuencias especialmente negativas para el sector textil. La CIG, sindicato con más representación en los diversos comités de empresa de la firma, rechaza la medida planteada por Domínguez al considerarla innecesaria. «Trátase dunha empresa ampliamente capitalizada», dijo ayer en rueda de prensa Etelvino Blanco, secretario general de la organización sindical.
La congelación afectaría exclusivamente a las 500 personas que trabajan en las fábricas ourensanas de la compañía, pero desde la CIG temen que se extienda a toda la plantilla. Según las declaraciones de los representantes de los trabajadores de Adolfo Domínguez -desde la firma se negaron a hacer ninguna valoración de la situación hasta mañana-, el modisto avanzó a sus empleados que si no renunciaban al incremento salarial que les corresponde en su convenio colectivo, habría despidos para garantizar la continuidad de la compañía.
En un primer momento, esta medida fue planteada a los comités de empresa, que la rechazaron, y Domínguez decidió entonces celebrar una asamblea para informar directamente a los trabajadores de la situación. En ese encuentro, aseguran los sindicalistas, se invitó a los empleados disconformes con la congelación salarial a que se lo manifestasen por escrito al responsable de recursos humanos. «É unha coacción clarísima», lamentó Etelvino Blanco, quien pidió al personal que no firme ningún documento porque la subida salarial les corresponde legalmente. En este sentido, Blanco recordó que el convenio colectivo del sector, con validez hasta el año 2010, prevé un incremento salarial de entre el 4 y el 4,5% para compensar la subida del IPC.
Beneficios
Los responsables sindicales reunidos ayer para informar de las medidas planteadas por Adolfo Domínguez para afrontar la crisis acusaron al «multimillonario», como lo calificó Blanco, de querer mantener sus beneficios personales a costa de sus trabajadores. En este sentido, el responsable de la CIG aludió a los datos de la empresa recogidos del Registro Mercantil y que la sitúan como una firma saneada. En el año 2006, último ejercicio registrado, los beneficios se incrementaron un 27,90% al llegar hasta los 26,6 millones de euros. Además, aun en el caso de que la empresa estuviera en problemas, los gastos de personal representan un 18% del total, por lo que la congelación salarial tendría escasa incidencia de la situación, argumentaron desde la central nacionalista. Blanco acusó al modisto de tener una «actitude inmoral» por querer recortar un sueldo ya de por sí «baixo» a sus empleados -el salario mínimo, según el convenio, es de 738 euros-, cuando en cambio paga caros alquileres por los locales comerciales donde ubica sus tiendas y «despilfarra en todo tipo de cousas».?