El Gobierno quiere mejorar las redes de telecomunicaciones para incrementar los servicios de banda ancha en España y lo hará ofreciendo incentivos a las operadoras. Pero a cambio impondrá mano dura sobre las compañías en su relación con los clientes, donde, a juicio del ministro de Industria, Miguel Sebastián, hay ahora un punto flaco.
Industria impondrá un plazo inquebrantable de 48 horas para efectuar los cambios voluntarios de operador. Además, las bajas serán «automáticas». La medida fue anunciada ayer por Sebastián, durante su intervención en el decimonoveno Encuentro de las Telecomunicaciones, organizado por la Universidad Menéndez Pelayo en Santander. El ministro empaquetó este golpe de efecto en un conjunto de acciones para «ordenar» el sector.
No es un tema menor. Cada 30 días más de 300.000 personas cambian de operador de telefonía móvil, y algo más de 60.000 lo hacen de teléfono fijo, según los datos de la Comisión Nacional para las Telecomunicaciones. Y cada vez serán más, por la creciente competencia en los servicios de banda ancha. Además, los problemas con las operadoras telefónicas lideran los índices de quejas de los consumidores.
Industria publicará en breve la Carta de los Usuarios de las Telecomunicaciones, donde se recogerá esta agilidad para cambiar de operador, y donde también se obligará a las compañías a poner a disposición de sus clientes velocidades de navegación en Internet de al menos el 80% de lo prometido en sus anuncios (hoy en día no están llegando siquiera al 30%).
Las empresas tendrán un máximo de 30 días para contestar todas las quejas de los usuarios, y un plan dotado con diez millones de euros, eConfianza, salvaguardará a los ciudadanos del fraude telefónico, del cibercrimen o de la agresión a la infancia, entre otros delitos.
Sebastián confirmó, además, que, decida lo que decida Bruselas, en España no se permitirá a las compañías cobrar por las llamadas recibidas, una práctica habitual en Estados Unidos y que la UE pretende abrir a la explotación de las telefónicas que operan en Europa.
La batalla de la cobertura
En Santander, el ministro anunció que el Gobierno emprenderá una batalla contra los agujeros de cobertura telefónica y habilitará frecuencias entre los 2.500 y los 2.690 megaherzios, para las prestación de nuevos servicios UMTS. «Apostaremos por la inversión en redes -dijo Sebastián-, y permitiremos a los operadores que las desplieguen para obtener un retorno adecuado de sus inversiones».
En el 2010, según el Gobierno, ciudadanos y empresas podrán comenzar a trabajar con velocidades de entre 50 y 100 megabytes por segundo en Internet. También se premiará a los ayuntamientos que permitan la instalación de antenas de telefonía, imprescindibles para garantizar un buen servicio, en el marco del Plan Avanza, que recoge la subvención a consistorios locales para la extensión de la Sociedad de la Información.