La Xunta cobró cerca de 3.700 millones adicionales del Ejecutivo central para equilibrar sus cuentas
21 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha comprometido a abrir la complicada madeja de la financiación autonómica antes de final de año. Galicia, como una de las cuatro comunidades más pobres en su balanza fiscal (situada según estudios recientes de la Universidade de Vigo en el entorno del 10% de su PIB, es decir, muy cerca de los 5.400 millones de euros), se juega mucho en esta negociación.
En realidad, ahora mismo es de las autonomías que más dinero reciben del Estado en forma de ayudas directas (fuera de la financiación obtenida por recaudación tributaria). Al margen de los tributos cedidos y del porcentaje de recaudación fiscal al que la región tiene derecho, Galicia es la segunda zona de España más favorecida por el Fondo de Suficiencia (en el 2007 cobró 3,473,4 millones de euros), después de Andalucía. Este fondo es el mecanismo del que se ha dotado el Estado para administrar la solidaridad presupuestaria entre los territorios. Cubre la diferencia entre las obligaciones de gasto reconocidas en las competencias transferidas y los ingresos obtenidos.
También después de la andaluza, la gallega es la región que más provisiones obtiene del Fondo de Compensación Interterritorial (146,8 millones según las cuentas del último ejercicio económico). El FCI es el mecanismo financiero corrector de los desequilibrios regionales y funciona en paralelo a la política comunitaria de desarrollo regional.
El tercer gran saco de reparto, los ingresos de la Seguridad Social central, también favorecen a Galicia. La región es con mucho la que más dinero ingresa por esta vía (60,3 millones de euros el pasado año), seguida de lejos por Andalucía (41 millones), Cataluña (19,7) y Baleares (14,2).
El hecho de que Galicia se vea beneficiada en el reparto de las bolsas financieras destinadas a corregir deficiencias responde al escaso nivel de recaudación de la comunidad autónoma y a lo caro que resulta llegar con los servicios a la población, debido a la dispersión poblacional. Las cuatro provincias gallegas tienen tantos núcleos de población como todo el resto de España (más de 30.000).
Lo que la Xunta recibe de la recaudación global de todos los impuestos directos (1.167,8 millones en el 2007) la convierten en la sexta mayor perceptora de España, por detrás de Cataluña, Madrid, Andalucía, Valencia y Castilla y León.
Por lo que respecta a los impuestos indirectos, lo que dejaron para las arcas autonómicas durante el pasado ejercicio económico fueron 2.636 millones de euros, de nuevo menos que las cinco comunidades autónomas citadas con anterioridad. A estas regiones con más poder recaudatorio que el gallego hay que añadir las dos comunidades forales (Navarra y el País Vasco). Ambas mantienen un sistema de concierto que les permite recaudar la mayor parte de los tributos y transferir una parte -cupo- al Estado para financiar las competencias no descentralizadas. El problema es que la forma de calcular esa aportación beneficia ampliamente a los territorios forales. Con un esfuerzo fiscal similar a la media española, Navarra y el País Vasco mantienen una financiación por habitante muy superior.
Presupuesto dependiente
Que Galicia salga o no reforzada en el nuevo modelo de financiación autonómica dependerá en buena medida de que sea capaz de hacer valer como criterios para el reparto sus desventajas respecto a otros territorios, fundamentalmente la dispersión y el envejecimiento poblacionales. Por ahora, Galicia recauda algo más de 13.000 millones de euros en impuestos directos, indirectos y tasas, pero no acaba manejando más de 3.000.
Los fondos de suficiencia, compensación interterritorial, la aportación de la Seguridad Social y otras transferencias del Estado y de la UE salvan cada año el complejo presupuesto autonómico (11.500 millones para el 2008).