Producir pasto tras 18 años a monte

Xavier Lombardero

ECONOMÍA

Una de las primeras fincas alquiladas a través del Bantegal está en Trazo y permitirá a dos jóvenes ganaderos reducir la factura en alimentación de su ganado de leche

23 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

José Rey y Ana Belén Martínez acaban de firmar una de las primeras recepciones de fincas del Banco de Terras de Galicia (Bantegal). Son nueve hectáreas que desde hace 18 años están a monte en la parroquia de Castelo, en el municipio coruñés de Trazo, y con las que ahora podrán ampliar considerablemente la base territorial de su explotación lechera.

José Rey trabajó y heredó la granja de su padre y ha ido sumando cabezas, pero las 17 hectáreas propias no son suficientes para alimentar 160 cabezas, 60 de ellas vacas de leche. El alza de los precios de los piensos obliga a contar con más forraje propio y las nueve hectáreas que ahora le alquila la Xunta por 219 euros al año le permitirán ampliar su pastizal, y mantenerlo durante años. «Visitei a Bretaña francesa en 1995 e isto xa funcionaba alí por entonces, e aquí esta masa común que quedou na concentración leva 18 anos parada, a monte, e con risco de incendio, incluso serve de vertedoiro», dice José, que considera el Bantegal una de las mejores iniciativas que se podían tomar para el agro: «É unha forma de abaratar os custes de produción dos que queremos seguir coas vacas, evitando ademais un polvorín preto do pobo».

No obstante, cree que se necesitaría una nueva concentración parcelaria en la zona, tras los abandonos y particiones habidas desde la primera. De hecho, la suya es la única explotación con visos de futuro en el pueblo del lugar de Torre, donde cinco casas vivían antes de la ganadería. Ha construido una nueva nave de ordeño, que puso a andar hace dos meses, y junto a su esposa (ahora ellas entran a figurar también como propietarias y cotizantes) ha constituido la Sociedade Civil Gandeira Rey Martínez. Ana Belén ha dejado el taller de costura de Ordes donde trabajaba hasta ahora. Apuestan por un negocio propio.

«Hoxe o leite non o pagan mal pero alimentar o gando cada vez é máis caro, e que miren porque poidamos acceder á terra é importantísimo. O prezo do aluguer da leira realmente é baixo, hai que desbrozar, limpar e corrixir o PH do solo, pero investimos sabendo que a utilizaremos durante anos», dice José.