La cartera de los astilleros de Ferrol y Vigo supera los 6.600 millones
12 nov 2007 . Actualizado a las 10:07 h.Crece en volumen de negocio, en empleo, en contratos y en actividad. La expansión del sector naval gallego es hoy en día una realidad avalada por las cifras económicas que manejan la Administración, las empresas y los analistas. Y lo es en el sector público y en el privado, que pivotan principalmente sobre las rías de Ferrol y Vigo.
En el primer trimestre de este año, astilleros y empresas auxiliares superaron la barrera de los más de 10.000 trabajadores ?los mismos que ocupaba el naval público en todo el país antes de la última reconversión?, lo que supone un crecimiento del empleo en un 12,3% con respecto al año anterior. La continua firma de pedidos ha incrementado en un 7% la actividad de la industria naval, que, según la patronal del sector en Galicia, Aclunaga, representa ya en torno al 4% del Producto Interior Bruto de la comunidad, con una facturación anual de más de 1.400 millones. Aunque creciendo ?según la Consellería de Innovación representa un 6,6% de la industria manufacturera en cuanto a su Valor Añadido Bruto?, su peso en las ventas totales de la comunidad aún dista de alcanzar a la construcción, las energías renovables o la automoción.
En el arranque del año, la cartera de pedidos de las factorías gallegas se había abultado en un 21% con respecto al ejercicio anterior y se había duplicado con respecto al 2005. Sin embargo, el balance final del 2007 aún será mayor, puesto que en la segunda mitad se han suscrito importantes pedidos, como los encargos realizados por la Armada australiana a los astilleros gallegos de Navantia para la construcción de dos Buques de Proyección Estratégica (BPE) y el diseño de tres fragatas.
Estos encargos, que, en conjunto representan el mayor contrato de exportación naval realizado hasta el momento por el sector público, junto a las obras ya en curso, garantizan ocupación a las plantas de la ría ferrolana, dedicadas al sector militar, que se han sacudido los efectos de la última crisis, al menos hasta el 2014. Su cartera de pedidos se acerca a los 4.000 millones de euros.
Sin embargo, la asignatura pendiente de Navantia sigue siendo despejar el futuro de la antigua Astano, aclarar si acabará con su infrautilización o la mantendrá, como hasta ahora, construyendo en exclusiva módulos para los buques que monta en Ferrol.
El sostenido impulso de la industria naval privada gallega previsto para el quinquenio 2007-2011, considerado ya por los propios constructores el mayor de los últimos 30 años, le ha permitido dar un salto de gigante en el conjunto del sector privado en la Europa comunitaria, tanto que, por cartera de pedidos la comunidad autónoma ya figura por delante de países como Francia, Finlandia o Dinamarca, e incluso con más que la suma de los tres, según los datos que comparten las principales consultoras nacionales e internacionales. Además, de la cantidad de buques en cartera, Galicia ha salido con buena nota del examen que supuso a principios de esta década el paso del casi monocultivo de buques pesqueros hacia las más complejas unidades como ferris, oceanográficos, barcos de apoyo a las plataformas petrolíferas o los sísmicos para detectar bolsas de petróleo y gas bajo el lecho marino.
Si hace cuatro años Galicia apenas aparecía en las estadísticas continentales al encontrarse en una zona baja del ciclo productivo ?con contratos residuales de barcos de pesca, varios astilleros pendientes de importantes regulaciones de empleo y casi todos subsistiendo gracias a los pequeños contratados ganados al amparo del Plan Galicia? hoy por hoy Bruselas y las consultoras privadas ya muestran los datos por regiones europeas, y en los listados aparece Galicia, lo que pone de relieve la verdadera pujanza actual de la comunidad gallega en esta actividad. Los más de 80 buques de acero contratados en Galicia contribuyen sobremanera a situar el conjunto de España, con 200 naves al cierre del tercer trimestre del año 2007, en el tercer fabricante comunitario, solo por detrás de Holanda (246) y de Alemania (206), que sigue siendo, no obstante, la mayor factoría naval de la UE (no solo de obra completa, sino también por el ingente suministro de materia prima). La UE-27 disponía en la primera mitad del año de 947 encargos, en tanto que Galicia representaba entonces el 7,3%, una cifra que podría haber subido al menos unas décimas en tan solo unos meses.
Según datos de Uninave, la patronal de los astilleros españoles, Galicia es ya una pieza de peso en el sector naval mundial, con un 1% sobre los algo más de 7.000 buques contratados hasta la fecha.
De las estadísticas que ofrecen Lloyds Register of Shipping, la base de datos Clarkson o Fearnleys, se desprende que Galicia está, además, situada en un mercado de buques especializados, por su alto nivel tecnológico y calidad, y con una alta demanda por parte de algunas de las principales navieras del mundo. Los casos más relevantes son las diferentes series de construcción de ferris de última generación, buques de investigación oceanográfica, los portacontenedores, quimiqueros o remolcadores, y, en especial, las unidades de apoyo a las plataformas petrolíferas y de detección de yacimientos de oro negro bajo el lecho marino. El principal cliente es Noruega, embarcado en una vertiginosa carrera por construir unidades destinadas a la extracción de petróleo, un país para el que Navantia fabrica en Ferrol una serie de cinco fragatas. En concreto, la ría de Vigo existen encargos de una docena de estas naves altamente complejas. Globalmente, Galicia tiene encargos por valor de 2.300 millones de euros hasta el 2012.
Freno a los pesqueros
De forma paralela a la explosión de contratos de barcos con un alto valor añadido, los encargos de buques de pesca han caído a la mínima expresión en España, con solo nueve de las 203 unidades contratadas en este momento en todo el país, tradicionalmente uno de los principales líderes europeos de este segmento de mercado. Estos pedidos equivalen al 4,4% del total de los contratos, lo que es considerado un mínimo histórico.
De los nueve buques de pesca contratados en España, siete se harán en la ría de Vigo (los otros dos en el País Vasco y Asturias), y solo tres son propiedad de armadores españoles, en tanto que el resto se reparte entre empresas angoleñas, ecuatorianas y caribeñas. La razón principal por la que los empresarios pesqueros españoles no contratan nuevos buques se remonta a la prohibición de las ayudas oficiales por parte de la UE, que fue gradualmente suprimiendo o recortando las subvenciones a la modernización y construcción de buques, primando, al contrario, el desguace puro y sin efectos posteriores en la construcción de una nueva unidad. Las estadísticas de la gerencia del Sector Naval del último trimestre evidencian el desplome, frente a un meteórico ritmo de aumento en las contrataciones de los mercantes. Frente a los nueve pesqueros en cartera, se contabilizaron 203 encargos totales, incluyendo los mercantes.