El atletismo español se despide del Europeo de Barcelona 2010 con un balance engañoso. La potencialidad de la selección no se ha visto reflejada en su plenitud. Es cierto que la cosecha de medallas, 8 en total, ha sido inferior a las dos últimas ediciones. En Munich 2002 fueron 15 y en Gotemburgo 2006 se obtuvieron 11.
Si el análisis lo centráramos solo en esta variable, el diagnóstico indicaría que existe un retroceso del nivel de rendimiento de la selección española en las competiciones de alto nivel. Sin embargo, es necesario examinar con mayor rigurosidad la actuación de nuestros atletas.
Al analizar el número de finalistas, es decir los clasificados entre las 8 primeras posiciones, se aprecia que los datos son muy similares a las dos últimas ediciones, ya que 26 atletas españoles han estado en las finales, tan sólo tres menos que en Gotemburgo 2006. Y éste no es un mal dato. De hecho, España fue quinta en la clasificación general. Sin embargo, el número de medallas cosechadas no puede considerarse un buen balance.
Creo que tenemos atletas que, por diferentes circunstancias, han estado por debajo de su rendimiento. No se puede achacar como pretexto la presión del entorno. Si a algunos les ha afectado a otros les ha beneficiado. Y claro que era lógico pronosticar a priori más medallas, con datos objetivos. Hay que recordar que hubo atletas que lideraban el ranking europeo y no subieron al podio.
Todas las medallas se han conseguido en pruebas de carreras, desde los 1500 a la maratón, pero en la anterior edición sucedió lo mismo, a excepción del bronce de Mercedes Chilla en jabalina. Ello quiere decir que el atletismo español debe seguir explotando las pruebas técnicas, sin descuidar el manantial del medio fondo y fondo, que se mantiene a excelente nivel, en especial los 1500 metros.
Hay que considerar también que hay disciplinas se están regenerando y eso requiere de tiempo. Es ley de vida. Algunos atletas, aunque todavía pueden dar alguna alegría más, están acabando un ciclo, pero también se producen nuevas incorporaciones, como Kevin López, Luis Alberto Marco, Miguel Ángel López o Eusebio Cáceres.
Ahora toca seguir trabajando con humildad y esfuerzo. No hay otra vía para recuperar la senda del éxito.