Los jugadores racinguistas conocieron que estaban descendidos a Tercera cuando en el descanso del partido disputado frente al Mirandés, se les comunicó que el Guijuelo había empatado en Ponferrada.
No fue una sorpresa para muchos de ellos, algunos ya se dieron cuenta porque los aficionados se lo gritaron desde las gradas y otros les bastó con mirar a la cara de Luisito, el entrenador racinguista, quien tenía una persona que le iba comunicando lo que sucedía en El Toralín.
Para todos los jugadores que ayer estuvieron en Miranda de Ebro fue muy duro salir a jugar en la segunda parte del partido, conscientes de que no había nada que hacer.
Luisito trató de animar a sus hombres para que ganaran el partido frente al Mirandés, por dignidad y por respeto a unos colores.
El equipo dio la cara en la segunda parte del choque, pero no se pudo ganar.